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La economía de EE UU vuelve a romper las previsiones y crece un 3,4%

El crecimiento del 3,4% del producto interior bruto de EE UU en el tercer trimestre del año vuelve a romper las previsiones y confirma que la economía norteamericana marcha a toda máquina. Aunque la Reserva Federal interpretará esta marcha como un exceso de vapor en las calderas, los datos facilitados ayer por el Departamento de Comercio están acompañados por la buena noticia de que el índice de precios relacionado con el PIEB (deflactor) creció sólo un 1,61%, frente al 2,9% del trimestre anterior.

"El crecimiento continuado, con las inversiones a la cabeza y sin incremento de inflación, sugiere que las pespectivas de la economía son tan buenas como no lo habían sido en muchos años", fue la conclusión de Lew Alexander, portavoz del Departamento de Comercio, al presentar los datos, que llegan dos semanas antes de la reunión de la Reserva Federal en la que podría decidirse la sexta subida de los tipos de interés desde febrero. A pesar de que el crecimiento del tercer trimestre es inferior al registrado en el segundo -un 4,1%-, buena parte de los economistas y expertos creen que será suficiente para justificar una subida de los tipos de interés de medio punto.Las estimaciones de Wall Street para el tercer trimestre se han quedado pequeñas: en los mercados financieros se había previsto un crecimiento en. torno al 2,8%. Lew Alexander atribuyó las cifras de crecimiento económico del verano al aumento sostenido de la demanda prácticamente en todos los sectores de consumo. Los resultados de los beneficios del tercer trimestre de la mayor parte de las empresas norteamericanas reflejan esta explosión. Hasta el momento, de las 2. 100 compañís que han tenido beneficios, el 56% están por encima de lo que ellas mismas habían calculado. Ha quedado atrás el récord de beneficios del segundo trimestre de 1994, los mayores de la última década. Los grupos industriales mejoran la marca: 58 de los 67 grandes han sobrepasado sus previsiones. A la cabeza de este frenesí, los sectores de la informática, líneas aéreas, automóviles y metalurgia.

Enfriar el crecimiento

La otra cara de la moneda es el sistema de ducha escocesa que la Reserva Federal cree que hay que aplicar para alejar el riesgo de inflación. Alan Greenspan, presidente de la institución que dicta la política monetaria norteamericana, ha reiterado que una economía que crece demasiado deprisa puede quedar fuera de control y facilitar una crisis inflacionaria. El índice óptimo de crecimiento para EE UU, ha llegado a precisar Greenspan, no debe superar el 2,5%. Todo esto hace suponer que cuando la Fed celebre su reunión el 15 de noviembre encarecerá el precio del dinero.Mientras tanto, la Casa Blanca y el Partido Demócrata, con una complicada cita electoral el 8 de noviembre, tratan de sacar partido de los datos, sin excitar al mismo tiempo los ánimos de la Reserva Federal: "Las cifras demuestran que estamos haciendo progresos lentos, firmes y sólido?. Las reacciones en Wall Street fueron también positivas. El índice Dow Jones subió 55,6 puntos al final.

El dólar también recuperó posiciones. Cotizó a 1,51 marcos (1,49 la víspera) y a 125,50 pesetas (124,30). La apreciación de la divisa estadounidense y el dato de inflación sentaron bien a la deuda y las bolsas europeas.

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