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La Universidad de Alcalá emite su propia 'tarjeta de crédito'

El carné de estudiante de los universitarios alcalaínos será el próximo curso una tarjeta inteligente con la que podrán pagar en la cafetería, abonar la matrícula, enterarse de las notas de un parcial o retirar un libro de la biblioteca. Los padres de esta tarjeta de crédito son dos licenciados recién salidos de la Escuela Politécnica alcalaína, Antonio Jiménez e Iñigo Amezaga, que, junto a la universidad, han creado la empresa Intelligent Data.

El padrino será un banco que tendrá que aportar alrededor de 200 millones de pesetas a cambio de la exclusiva del monedero electrónico -cargar la tarjeta con dinero de una cuenta corriente-.La tarjeta llevará en el anverso el escudo de la Universidad de Alcalá, la foto del estudiante y sus datos personales. En el reverso, una banda magnética -que la hace apta para ser utilizada en cualquier cajero automático-, el escudo del banco que financie el proyecto y el microprocesador (chip). Con ella, los estudiantes podrán entrar a los edificios de acceso restringido, utilizar las bibliotecas, resolver cualquier trámite administrativo o conseguir en unos minutos cualquier información relacionada con la universidad. También servirán para que, fichen los trabajadores. Para todo ello, se instalará una terminal similar a un cajero en cada facultad.

La segunda parte es la de poder pagar sin llevar un duro. Los alumnos podrán pedir su carné con monedero electrónico. Es un sistema similar al de las nuevas tarjetas de Telefónica. El estudiante la introduce en el terminal de su facultad e indica que quiere retirar de su cuenta equis pesetas y cargarlas en la tarjeta. La cantidad se graba en el microprocesador y el alumno puede utilizar su carné para pagar en la fotocopiadora, el bar o la máquina de refrescos. Lo que gaste se va descontando, y cuando el monedero esté vacío puede recargarlo.

"Podrán hacer la matrícula, por ejemplo, en unos minutos, sin dar paseos del banco a la secretaría de la facultad ni rellenar impresos", explica Amezaga. La exclusiva de este monedero electrónico -son 17.000 estudiantes, por tanto, clientes potenciales- es lo que obtiene el banco a cambio de los alrededor de 2.00 millones de pesetas que cuesta poner el proyecto en marcha. La universidad y los jóvenes empresarios están negociando con dos entidades bancarias que han mostrado su interés. "Consiguen también un campo de experimentación óptimo para un sistema que aún no está comercializado en España. La Universidad de Alcalá es una pequeña ciudad. Tiene viviendas, centro comercial, transportes y una población con un alto índice cultural", asevera Amezaga.

Jiménez (25 años) y Amezaga (29) se licenciaron hace un año en la especialidad de equipos electrónicos de la Ingeniería Técnica de Comunicaciones. Aún estaban en la Escuela Politécnica -cuando se les ocurrió utilizar la capacidad de las tarjetas inteligentes, introducidas en el país por la Sociedad Española de Medios de Pago con fines bancarios, para facilitar los trámites que un alumno tiene que hacer diariamente dentro de la universidad, ya que el microprocesador permite almacenar gran cantidad de información y actúa como un ordenador.

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