Einaudi considera cerrada su guerra con Cela
El editor italiano muestra en Madrid sesenta años vividos para el Ebro
ÁNGELES GARCíA El editor Giullo Einaudi es, a los 81 años, una figura casi legendaria de la cultura europea. Desde que hace 60 años, fundara, junto a "cuatro gatos" (nada menos que Norberto, Bobbio, Cesare Pavese y Leone Ginzburg), la editorial Einaudi en Turín ha puesto en las Ubreríasmás de 6.000 volúmenes destinados a inquietar a los lectores. Einaudi inauguró anoche en el Instituto Italiano de Madrid una exposición dedicada a su obra y en la que se encuentra la carta en la que el Nobel español Camilo José Cela recrimina al editor la publicación de Canti della nuova Resistenza spagnola.
En su actividad como editor naudi ha prestado siempre especial atención a los autores españoles Y a lo largo de su trayectoria ha mantenido estrechas relaciones con sus colegas españoles. Su relación más estrecha la vivió con el desaparecido Carlos Barral, con el que creó el prestigioso Premio Formentor, y por el que sigue manteniendo una admiración muy especial Pero lo que hizo a Einaudi popular en los círculos culturales y democráticos españoles fue el episodio por el que se le prohibió la entrada en nuestro país, tras la publicación, en 1962, de un libro de cantos de la resistencia franquista, Canti della nuova Resistenza spagnola. El editor decidió no volver a España. Se organizó una dura polémica en la que mientras conocidos nombres de la literatura, como Italo Calvino, condenaban la medida del Gobierno español, Camilo José Cela reprochaba a Einaudi su actitud en una carta abierta en Papeles de son Armadans.La tan famosa como sorprendente carta de Cela esta incluida en la exposición del Instituto Italiano, pero Einaudi no se muestra entusiasmado al hablar del tema. "Cela me aburre tanto como su carta. Ya se ha hablado mucho". Sólo quiere recordar que la carta está fechada en 1962 y que el editor italiano de Cela, el mismo. Einaudi, había editado en 1960 La familia de Pascual Duarte. "Puede que quisiera distanciarse públicamente de' su editor, que en ese momento no le conviniera figurar vinculado a alguien como yo y tuviera es *e gesto para el público".
¿No ha vuelto a hablar con Cela? "Sólo una vez. Después de recibir el Nobel, vino a Turín a la editorial. Fue un encuentro frío, sin más"., ¿Le felicitó usted por el premio? "Nooo...".
Einaudi representa a un tipo de editor comprometido que cree que aún sigue siendo necesario. En el catálogo de su editorial están casi todos los grandes nombres de la literatura. ¿Arrastra alguna frustración importante por algún autor que no se haya podido llevar? E¡naudi asegura que no. Pero siempre que los autores que le interesen estén bien editados por otros. Pone el ejemplo de Antonio Tabucchi, a quien llamó recientemente para felicitarle por su última novela. "Estaba muy bien editado, de una forma bellísima. Si no fuera así, trataría de convencerle para que cambiara, pero no admito los celos en este trabajo. Nunca me ha . interesado robar autores a otros".Más de 6.000 librosLo que de verdad le interesa es la exposición en la que, a través de originales, fotografías o documentos manuscritos, se cuenta su historia de editor comprometido con la cultura y con la izquierda. "Nunca milité en ningun partido, pero soy un hombre de izquierdas". Y su obra se ha materializado en más de 6.000 libros sobre todos los campos de la cultura, literatura, arte, historia, ciencia, "todo aquello que pudiera inquietar al lector".
Cuenta este italiano sonriente y elegante que a la hora de editar ha tenido algunos principios férreos e inamovibles. El primero es nunca publicar un libro cuando se nota que el autor busca beneficios económicos. El segundo, que se trate de auténticos descubrimientos científicos, nunca una síntesis de los trabajos de otros. Y el tercero, evitar satisfacer los bajos instintos del lector y centrarse en que el lector vea sus necesidades de futuro a partir del presente y el pasado, no ensenando, sino estimulando. "Hemos hecho nuestro el principio de Vittorini: la literatura nunca puede ser un consuelo".Reconoce el editor que con, esos principios, ha ganado muy poco dinero, pero no le pesa. En cambio, sí se percibe un punto de emoción en sus ojos grises cuando se oye un comentario hecho por una compatriota suya: "Einaudi es más que un editor. Es la cultura italiana". "Sí", asiente con un amago de sonrisa, "y no me pesa demasiado".
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