El PP cree que "ya sólo cabe la batalla campal" contra la estrategia del Gobierno
El Partido Popular ajusta en estos días su estrategia una vez que vislumbra con claridad la del PSOE. Los populares saben desde el pasado mes de julio que el presidente del Gobierno, Felipe González, no piensa convocar elecciones legislativas anticipadas, pero la sorpresa viene por la incesante actividad personal iniciada por el jefe del Ejecutivo y sus ministros. "Podía haber sido un final de etapa suave, no de desgaste, sino de transición, como hizo el PSOE con el presidente Calvo Sotelo, pero ya sólo cabe la batalla campal; ellos quieren destruir nuestra imagen y nosotros la suya", afirma, contundente, Rodrigo Rato, portavoz del PP en el Congreso.
Frente a "propaganda sólo cabe contrapropaganda", asegura Rato, que lamenta implícitamente que González no se entregue. La hipótesis de actuación que propone la dirección del Partido Popular para el Gobierno, su presidente y el partido que lo sustenta no guarda en absoluto relación con lo que los socialistas están dispuestos a hacer."La piel del oso se va a vender muy cara", afirma un portavoz gubernamental al conocer que el PP sugiere al Gobierno que asuma su derrota y que el tiempo que queda hasta las generales sea de transición política y entrega sosegada del poder. Los socialistas consideran, además, que este planteamiento es escasamente democrático ya que el poder sólo se entrega cuando se pierde en las urnas.
Lo cierto es que el Partido Popular tiene una visión de lo que deberían ser sus relaciones con el Gobierno que tienen como sustento el reconocimiento por parte del PSOE de que van a perder las próximas elecciones legislativas y que ellos las van a ganar por mayoría absoluta. Si el PSOE se aviniera a reconocer que tiene ya el poder perdido todo sería más fácil, según la opinión de los populares.
"El último año de Calvo Sotelo no fue de desgaste sino e transición", señala Rodrigo Rato, comparando la situación de la última etapa de UCD en la que las elecciones les depararon 12 actas de diputados, situación inédita en el mundo occidental en relación con un partido de Gobierno.
"Felipe González nos mete en un final de época terrible en cuanto a que podría ser de pactos de Estado entre los dos principales partidos; resulta imposible, así que no queda más que estar a la greña hasta el final", prevé Rato.
Los populares reconocen que se han visto un tanto sorprendidos por el resurgir del Gobierno y singularmente de Felipe González que en las últimas semanas ha salido a la palestra pública para cuestiones de política general e incluso para presentar algún proyecto de ley como el de telecomunicaciones. "González y todos sus ministros han empezado ya la campaña", asegura Rato. "Frente a la propaganda ya sólo cabe la contrapropaganda", advierte.
La apreciación de los populares sobre la colaboración entre el Gobierno y CiU tiene matices diferenciales si opinan sobre ella pública o privadamente. La acusación más generalizada es la de que "González es prisionero de Pujol". En tanto que en conversaciones reservadas se asegura que uno y otro se necesitan.
Dirigentes del PP consideran que, con el PSOE en la oposición, a Pujol se le complica considerablemente el panorama catalán. Prevén radicalizaciones de los socialistas catalanes, liberados ya de los pactos de los suyos en Madrid con CiU; Iniciativa per Catalunya competirá en izquierdismo con los socialistas, y el PP haría una oposición mucho más dura a Pujol. "El cambio de González es el cambio de Pujol", pronostica Rato.
Preocupación electoral
Tanto en las reuniones internas como en conversaciones informales, los dirigentes del PP dejan un poco de lado sus habituales apreciaciones triunfalistas y expresan algunas de sus preocupaciones. En primer lugar consideran vital mantener la diferencia de diez puntos que sacaron a los socialistas en las elecciones europeas. No obstante, reconocen que esa distancia no se repetiría si no se diera de nuevo la abstención que registró parte del electorado socialista.En relación con las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo, la preocupación es mayor, porque no es suficiente con ganar sino que lo tienen que hacer con mayoría absoluta para impedir los pactos entre el PSOE e Izquierda Unida. En este contexto ponen como ejemplo la contrariedad que sentirían si el concejal madrileño Angel Matanzos presenta una candidatura y divide el voto de la derecha.
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