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Corea del Norte sella con EE UU la congelación de su programa nuclear

Estados Unidos y Corea del Norte sellaron ayer en Ginebra dos años de duras negociaciones, plasmadas en un acuerdo por el que Pyongyang se compromete a congelar su programa nuclear. Estados Unidos y Corea del Sur, por su parte, anunciaron ayer la cancelación de las maniobras conjuntas en las que participan decenas de miles de soldados y que el régimen norcoreano considera como un ensayo de invasión.

Corea del Norte ha accedido a reemplazar sus reactores de grafito por otros más seguros de agua ligera, que apenas producen plutonio, elemento empleado en la fabricación de armas nucleares, y a permitir al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que inspeccione sus plantas nucleares, en un plazo que podría durar hasta cinco años. A cambio, Estados Unidos encabezará un consorcio internacional, en el que Corea del Sur y Japón tendrán un papel esencial, para financiar los 4.000 millones de dólares (más de medio billón de pesetas) que costará la instalación, antes del 2003, de los nuevos reactores.En la carta del presidente Bill Clinton entregada a la delegación norcoreana, EE UU también se compromete a proporcionar más 500.000 toneladas de petróleo anuales para calefacción y producción eléctrica, como compensación a la reducción nuclear.

El mismo secretismo y las largas horas de espera que han caracterizado las diferentes rondas de negociaciones envolvieron ayer la firma del acuerdo en la sede diplomática de Corea del Norte ante la ONU en Ginebra. El embajador volante estadounidense, Robert Gallucci, y el viceministro de Asuntos Exteriores norcoreano, Kang Sok Ju, se despidieron sonrientes con un "nos veremos otra vez". Gallucci advirtió de que un fracaso de las negociaciones hubiese acarreado un riesgo de guerra con cientos de miles de víctimas. Kang Sok Ju, por su parte, aseguró que Corea del Norte nunca ha tenido intención de dotarse de armas nucleares.

Este acuerdo, que prevé el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y Pyongyang, hace presagiar cambios en la política interna del país tras la llegada al poder de Kim Jong Il, tras la muerte de su padre, el presidente Kim Il Sung. Precisamente en el documento suscrito en Ginebra se cita por primera vez oficialmente como jefe de Estado a Kim Jong Il.

Mientras tanto, el secretario de Defensa norteamericano, William Perry, garantizó ayer en Seúl que la presencia militar estadounidense en Corea del Sur -unos 36.000 soldados- no se verá recortada, excepto si Corea del Norte reduce también las fuerzas que tiene desplegadas en la frontera entre ambos países. Perry, que se reunió con el presidente surcoreano, Kim Yung Sam, y con su ministro de Defensa, Rhi Byung Tae, afirmó que el acuerdo nuclear suscrito por EE UU y Corea del Norte no afecta al equilibrio de fuerzas en la península coreana.

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