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Proveedores de la Real Casa

La familia real sale de compras por las tiendas de Madrid

Medio centenar de establecimientos madrileños siguen regentados por los descendientes de un selecto grupo de comerciantes que, a lo largo de tres siglos, suministró productos de alta calidad a la familia real. Por esta razón integraron una lista' en la que figuraban con el rango de Proveedores de la Real Casa, emblema que junto al escudo de la Corona adornó los membretes de su correspondencia y los rótulos de sus comercios. Hoy, sin embargo, tal lista de proveedores reales no existe. La familia de don Juan Carlos adquiere los artículos necesarios para su vida hogareña en tiendas y comercios de la ciudad, cuyo denominador común suele ser la ecuación que forman calidad, gusto y buen precio.Al menos 66 comerciantes industriales madrileños gozaron hasta 1936 de una rara distinción concedida. por el Rey de . España: la' de ser Proveedores de la Casa Real. Los elegidos integraban una selecta lista de suministradores de toda España que vendía regularmente a la Intendencia regia sus productos _considerados siempre de elevada cuando no de espléndida calidad:, encajes, perfumes, arroces o turrón, incluso pianos. A cambio, se permitía a los comerciantes, entre los que figuraban algunos extranjeros, emplear el escudo de la Corona española en la correspondencia, etiquetado y facturas, así como en los rótulos exteriores de sus comercios.

Dentro de aquellas tiendas, decoradas aún algunas con mostradores de caobas nobles, relucientes vitrinas y bastoneras generosas, de su muro principal pendía siempre un codiciado pergamino de 60 centímetros de longitud por 40 de anchura, escrito con cuidada caligrafía; en él, el intendente mayor de la Casa del Rey atestiguaba que el propietario de aquel local comercial, "por orden del Rey", podía ser considerado Proveedor de la Real Casa, "para su inteligencia y satisfacción". Algunas aún lo conservan, como Capas Seseña, en la calle de la Cruz.

La distinción comercial de los Proveedores de la Casa Real se remontaba a 1614, fecha de la que data la primera autorización de ese tipo. En tiempos de Isabel II fueron 83 los títulos otorgados; 142 bajo el reinado de su hijo Alfonso XII, 96 fueron extendidas durante la regencia de la reina María Cristina y 66 en el reinado de Alfonso XIII.

"Ya no existe la fórmula de Proveedores de la Real Casa", dice Asunción Valdés, jefa de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa del Rey. "La Monarquía española es moderna y democrática. Vive bajo el signo de nuestro tiempo. Por decisión del Rey, no hay Corte alguna, ni cortesanos, ni privilegios", agrega. "Por ello, tampoco existe título similar al Royal Appointment, vigente en el Reino Unido, con el que la Corona distingue- allí a sus proveedores".

Lo que sí perdura es la elevada calidad de numerosos productos comerciales vendidos en Madrid, algunos de los cuales siguen siendo fabricados y expedidos por los descendientes de aquellos distinguidos suministradores de la Intendencia real.

"Como cualquier familia media de Madrid, la familia real -cuando su agenda se lo permite- adquiere los bienes para la vida diaria en las tiendas madrileñas. En el palacio madrileño de La Zarzuela, y también en el de Marivent, en Palma de Mallorca, Carmen Font es la regidora encargada de las compras necesarias para la intendencia cotidiana", señala Asunción Valdés.

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Las adquisiciones suntuarias las realiza Patrimonio Nacional, que está encargado del mantenimiento de los palacios. Para tal fin, trabaja en coordinación con la Fundación de Gremios, una institución que ha conservado

los valores de la tradición artesanal española mediante el empleo de maestros y oficiales ceramistas, ebanistas, mueblistas y anticuarios.

"Desde hace muchos años la familia real compra aquí algunos productos para su casa", dice con sencillez el encargado de una tienda textil de la calle de Velázquez. "Antes venían más ellos, pero hoy lo hacen sólo en algunas ocasiones; acuden personas de la Casa Real", arquitectos o decoradores, precisa, "eligen las telas que desean y pagan los gastos de las compras".

Luego, el encargado muestra una revista satinada que publicó en su día una fotografía de la familia real al completo, junto a un árbol de Navidad. "Mire, este tejido que aparece aquí en este sofá lo compraron en nuestra tienda", se enorgullece señalando al mobiliario que la fotografía exhibe, "pero tal vez no debiera habérselo dicho", agrega con cierta preocupación que no le permite, empero, esconder su satisfacción.

"Sí, desde hace tiempo vendemos algunos artículos de perfumería a la Casa Real. Es un honor", señala el dependiente de una prestigiosa perfumería de la calle de Serrano, con sede central en la calle de Sevilla. "Cuando vienen aquí, él (el Rey) compra una colonia y ella (la Reina) un perfume; otras veces, viene un enviado de su Casa y hace las compras para ellos. Los precios son exactamente los mismos que para cualquier otro cliente", añade el empleado.

"A nosotros nos han hecho algunas compras, a escala particular y privada, pero no somos proveedores reales", dice Miguel Angel Moraleda, de 44 años, portavoz de una casa de regalos instalada hace 45 años en la calle de Serrano.

"Nos gratifica el saber que han tenido la atención de comprar aquí sus cosas, por lo que nos sentimos honrados; pero hace ya tiempo, unos cuatro años o cinco, que no nos visitan directamente", añade. "En ocasiones ha venido algún enviado suyo a comprar para ellos o bien se les han llevado a palacio algunos objetos para que los vieran y posteriormente eligieran".

"Mire, aquí tenemos los mejores géneros", dice al teléfono doña Paquita, hostelera navarra de 74 años, madre de los propietarios de un restaurante de la colonia del Manzanares.

"Nuestra cocina consiste en dar de comer a los demás con mucho amor y eso requiere esfuerzo al elegir los productos de más calidad. Y el caso es que entre nuestros proveedores se encuentran los de los espárragos -perdóneme que se lo diga, pero son conocidos así- cojonudos, que son navarros, de Lodosa. Y esos espárragos, mire usted por dónde, son precisamente los que más le gustan al Rey", dice ufana.

Petición de un arrocero de Alzira

Los peticionarios de la merced real enviaban hace años una solicitud para aspirar a la distinción comercial de la Casa de¡ Rey. Un arrocero de Alzira argumentaba así:"Al Excelentísimo Señor Intendente de la Real Casa y Patrimonio: Don José Lluch Sanchís, de 41 años de edad, propietario dedicado a la recolección y exportación de arroces, residente en Alcira, premiado en la Exposición Internacional de Murcia de 1904, y con la Medalla de Oro de la Clase, Diploma de Honor, Gran Premio de Honor con Cruz Especial en la Exposición Internacional de¡ Trabajo en París en 1905.

A V. E., con el debido respeto expone se digne aconsejar, en virtud de lo selecto de¡ género que se presenta, se me autorice a usar el escudo de Proveedor de la Real Casa.

Gracia que no duda alcanzar de V. E., para la prosperidad y el desarrollo del Comercio.

Dios guarde a V. E., muchos años. Alcira, 25 de Noviembre de 1905."

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