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ELECCIONES EN ALEMANIA

Los ex comunistas 'barren' en Berlín Este

Miguel Ángel Villena

ENVIADO ESPECIALUn nuevo y viejo muro se levantó el domingo en Berlín. Los ex comunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS) barrieron literalmente en el sector oriental y obtuvieron mandatos directos de diputados en cuatro de los cinco distritos electorales de la antigua capital de la República Democrática Alemana. Dos veteranos dirigentes de una de las dictaduras más crueles y ortodoxas de la Europa comunista (Gregor Gysi y Christa Luft) y dos independientes (el escritor Stefan Heym y el sindicalista Manfred Müller) han permitido la irrupción de 30 diputados del PDS en el Bundestag al eliminar con su elección la barrera del 5% necesaria para entrar en el Parlamento alemán.

Entre tanto, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) vencía con relativa facilidad en los barrios occidentales. Pero todos pueden darse, en definitiva, por satisfechos porque la segunda plaza, a un lado y a otro del desaparecido muro, otorgó a los socialdemócratas del SPD la victoria global en la capital.

"No somos una reliquia de la República Democrática Alemana [RDA], sino, una fuerza de izquierdas, de transformación y de progreso en el nuevo Bundestag", gritó la noche del domingo Gregor Gysi a sus eufóricos partidarios en el Palacio de Congresos de Berlín oriental, junto a la famosa Alexanderplatz.

Júbilo nocturno

"A pesar de los furibundos ataques que hemos recibido de todos los partidos durante la campaña, aquí estamos", proclamó este abogado berlinés de 46 años, en medio del júbilo de viejos camaradas, melenudos alternativos, circunspectas feministas y policías de paisano expertos en disparar contra los que osaron saltar el muro entre 1961 y 1989. Unas 3.000 personas festejaron hasta bien entrada la madrugada de ayer un triunfo insospechado hasta hace pocos meses.En realidad, tenían sobrados motivos para la alegría. Con porcentajes que oscilan entre el 36% de Müller, un sindicalista occidental responsable de la Federación Berlinesa de Comercio y Banca, en Pankow, y el 48% de Gysi, en su feudo de Marzahn-Hellerrsdorf, los poscomunistas barrieron también en Lichtenberg con Christa Luft, la ministra de Economía del último Gobierno de la RDA, y en Berlín-Centro con el veterano escritor antifascista y antiestalinista de 81 años, Stefan Heym. Este popular y polémico poeta presidirá la mesa de edad en el nuevo Bundestag en una imagen histórica de esta Alemania de la reunificación. El quinto mandato directo en Berlín oriental fue a parar a manos del socialdemócrata Stefan Scheffier.

Largas y grises avenidas, paisaje de ruinas industriales, estaciones de metro y tranvías anclados en la década de los años cincuenta,, descampados y praderas, bloques de colmenas sin apenas ventanas, faraónicos edificios oficiales y algunas preciosas iglesias protestantes dibujan el panorama de un Berlín oriental donde los anuncios luminosos del capitalismo de bancos y de hamburgueserías no han logrado tapar el triste urbanismo diseñado en nombre de Marx y de Engels.

En los distritos donde ha ganado el PDS se concentran legiones de antiguos funcionarios, policías y militares de la extinta RDA que persiguieron con sana cualquier disidencia hasta la caída del muro en noviembre de 1989. Todas estas masas de servidores del comunismo buscan ahora un lugar al sol con sus votos al PDS en busca de mejores pensiones y salarios y de la equiparación de su calidad de vida con el rico Occidente. Irónicos guiños del destino.

El éxito del PDS hunde también sus raíces en el descontento de amplísimos sectores juveniles y de trabajadores que han salido perdiendo con la crisis económica y con los costes de la reunificación. Entre la multitud que vitoreó a Gysi la noche del domingo se hallaban buena parte de los movimientos alternativos (ecologistas, feministas y pacifistas) que convirtieron a Berlín occidental en una indiscutible capital de la contracultura europea. El PDS ha definido sus listas como Bunte Truppe (tropa colorista) en un intento de atraer electorado no comunista y en un desliz, al mismo tiempo, que revela su pasado del militarismo estalinista.

Así las cosas, parece evidente que los candidatos del PDS han robado votos a las listas de los socialdemócratas y de los verdes. La moderación del SPD en un Berlín de nuevo claramente radicalizado entre el Este y el Oeste, ha relegado al principal partido de la oposición alemana a la segunda plaza en los dos sectores. No obstante, los socialdemócratas se han alzado con la victoria global en el conjunto de la capital alemana con el 34% de los votos.

Por su parte, el discurso de los verdes, muy centrado en el ecologismo y poco atento a los problemas sociales derivados de la reunificación del país, ha provocado también una fuga de votos hacia el PDS.

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