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Los precios de los bienes de consumo se resisten a bajar en Rusia, a pesar de la recuperación del rublo

Pilar Bonet

Los precios de los bienes de consumo desafiaron ayer las medidas administrativas de los dirigentes rusos y se resistieron a acomodarse a la recuperación del rublo tras la intervención que siguió a la vertiginosa caída de la divisa rusa del 11 de octubre. Mientras, y en medio de fuertes rumores, el secretario del Consejo de Seguridad, Oleg Lóbov, entregó al presidente, Borís Yeltsin, el informe de la comisión que investiga el martes negro, según Itar-Tass.

Pese a las intenciones de Veltsin de no permitir más subidas" y a las advertencias del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, los precios en, los supermercados moscovitas no volvieron ayer a los niveles anteriores al martes negro. Luzhkov anunció la movilización de los servicios de inspección durante el fin de semana para controlarlos. Tras la aparente estabilización del pasado verano, Rusia, que tuvo un 4% de inflación el pasado agosto, ha comenzado a deslizarse por una nueva espiral inflacionista.Al 5% de inflación de los, primeros 11 días de octubre, habrá que añadir la subida de las jornadas siguientes, la mayor en siete meses. La economía rusa está claramente dolarizada y las proporciones de los bienes de consumo importados respecto a los de producción, propia es abrumadora (hasta un 90% en Moscú, según estimaciones expertas). Iván Ríbkin, el jefe de la Duma Estatal (cámara baja del Parlamento), manifestaba ayer al periódico Rossiskaia Gazeta que la, economía rusa no ha logrado remontar y calculaba el descenso de la producción nacional en un 27% en lo que va de año.Por otra parte, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Oleg Lóbov, entregó ayer al presidente el informe de la comisión investigadora de las causas del martes negro. Lóbov, un fiel allegado de Yeltsin desde que ambos trabajaran juntos en la organización comunista de la provincia de SverdIovsk (en los Urales), preside la comisión investigadora, que ha experimentado dificultades para ponerse de acuerdo sobre los motivos de la desestabilización financiera.

Mientras tanto, en los círculos económicos y políticos moscovitas se barajan hipótesis sobre las causas del fenómeno que llevó al dólar a cotizarse a más de 4.000 rublos, causó pánico entre la población y quebrantó la confianza de los inversores. Las explicaciones se reducen a cuatro tesis básicas:

1) Operación especulativa del Banco Central -con la complicidad o sin ella del jefe del Gobierno, Víktor Chernomirdin- para tapar los agujeros del presupuesto estatal, cuyas fuentes de ingresos consiguen apenas cubrir la mitad de lo previsto para este año y cuyo déficit equivale ya al 15% del PIB de Rusia.

2) Falta de disciplina en la política financiera del Gobierno, que evitó artificialmente la caída del rublo y contuvo la inflación mediante el impago sistemático de obligaciones previamente contraidas, viéndose, sin embargo, forzado a conceder unas subvenciones inflacionistas al Complejo Militar Industrial y al sector agrario. Esta política se prolongó hasta que se agotaron los ingresos del presupuesto y otras entradas financieras.

3) Operación especulativa con fines puramente económicos prota onizada por bancos comerciales.

4) Conspiración política contra Yeltsin y su equipo reformista, llevada a término por bancos comerciales y círculos de oposición no identificados, con fondos procedentes de las arcas del Partido Comunista de la URSS. Esta versión es mantenida por el portavoz de Prensa presidencial, Viacheslav Kóstikov, y otros allegados de Yeltsin, pero provoca escepticismo en los economistas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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