Influencias nefastas

El Scapino ha perdido su perfil verdadero de antaño, su identidad, que la tuvo y muy buena, desde los tiempos de Hans Snoek pasando por Armando Navarro y hasta Nils Christe. Siempre tuvo voluntad cosmopolita en su composición y repertorio, y ahora resulta un grupito que trata de meterse forzadamente en la corriente del ballet internacional centroeuropeo, pero lo que consigue es una pálida y aficionada imitación de Forsythe, Van Manen y otros popes actuales. ¿Qué han hecho con el repertorio propio de tantos años? En ballet, el deseo de renovación a toda costa puede resultar la huella de Atila.Entre sus irregulares bailarines, los hay buenos, siempre infrautilizados y a merced de la parodia que quiere ser rompedora. Soberbia en su madurez Esperanza Aparicio, que ya brillaba en sus comienzos con Víctor Ullate. Las obras de Wubbe no dan para ser analizadas: efectos vanos, amagos de ruptura, poses de pedante desafío, De lo pretendidamente sobrio a lo pobre, y queriendo dar una atmósfera violenta, el resultado es de absoluta gratuidad.