La ceniza de mi digestión
Antes de que mi inocente buzón se empache de papeles llenos de vacíos contenidos, me voy a despachar a gusto sobre esta farisea sociedad democrática. Cumpliré con mi deber cívico y reutilizaré las papeletas y demás información electoral para limpiar las cenizas de mis digestiones. Para empezar, la sociedad real se rige por un modelo de pirámide invertida. Léase familia, Iglesia, milicia, banca, empresa, justicia, etcétera.La mayoría de los electores, cuando llegan a estas fechas, maquillan sus rostros y representan su pantomima democrática. Hacen apostasía de sus creencias sociales, comulgan y pagan el tributo (voto) hasta la próxima recaudación, para seguir practicando sus verdaderas creencias. En este juego, los abstencionistas son fichas sin valor que no ocupan sillones y por tanto son obviados y ridiculizados, eso sí, democráticamente. Esta panacea de sistema tiene aquí su gran agujero ideológico que nadie sabe ni quiere afrontar. Pero esto da igual. El gran teatro democrático tiene todas las entradas vendidas y el aforo lleno. Sólo hay democracia de plato único y sin sal. Moriré en huelga de hambre-
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