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Se busca diputado por homicidio

El Gobierno mexicano ofrece un millón de dólares por los asesinos de Ruiz Massieu

Como en el viejo Oeste, México se inundó este último fin de semana de carteles en los que se ofrece un millón de dólares (más de 130 millones de pesetas) de recompensa a quien dé una pista que pueda conducir al diputado Manuel Muñoz Rocha, uno de los hombres más buscados del país. Muñoz Rocha, diputado federal por Tamaulipas, es uno de los asesinos del secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Francisco Ruiz Massieu, y desde que su nombre fue relacionado con el caso anda desaparecido.El caso Ruiz Massieu tiene consternados a los mexicanos. Por primera vez en mucho tiempo se ha descubierto un secreto a voces: la conexión de políticos vinculados al Gobierno con el crimen organizado y los carteles del narcotráfico. Ha indignado la. muerte de Ruiz Massieu, pero la captura primero del sicario que le disparó (Daniel Aguilar Treviño) y después de parte de la trama que organizó el crimen ha despertado en el ciudadano esperanzas en la investigación policial.

En un país corno México, donde a veces se desconfía hasta de la propia sombra de uno, la rápida detención del primer escalón que intervino en el atentado no puede más que calificarse de asombrosa. Hay una garantía. Al frente de las investigaciones figura el segundo procurador de la República, Mario Ruiz Massieu, hermano de la víctima y funcionario insobornable.Los problemas, sin embargo, han empezado a surgir con el segundo escalón, cuando la suciedad raya el terreno político. Casi todos los detenidos son gentes que participaron directamente en el crimen, unos como asesinos a sueldo, otros como encargados de cubrir la malograda huida de los primeros, y el resto como colaboradores. Sólo un político de rango, el ex dirigente del PRI del Estado de Guerrero Abraham Rubio Canales, se encuentra encarcelado. Pero ya estaba en prisión por otro motivo desde antes del crimen.

El PRI ha intentado barrer para casa, y algunos de sus dirigentes han cometido la torpeza de descartar el móvil político. No sólo han sido desautorizados por el subprocurador Ruiz Massieu, que insiste en la tesis del crimen político, sino que incluso han tenido que soportar un registro policial en la mismísima sede nacional del partido, el oráculo sagrado de1a política mexicana en los últimos 65 años.

Pero la fuga de Muñoz Rocha y de su secretario, Fernando Rodríguez González, ha frenado la investigación. La detención de ambos se considera clave. Y es que la mayoría de los, mexicanos sopecha que estos dos prófugos son un eslabón más de una cadena que va hacia arriba. Si se tira de ella se sabrá quién es más. fuerte en México: la impunidad o el imperio de la ley.

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