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Las joyas de Hollywood, a la altura de la mirada

Amelia Castilla

El broche que lucía Joan Fontaine en Sospecha, los áspides de Liz Taylor en Cleopatra, e incluso los diamantes de Marilyn Monroe en Los hombres las prefieren rubias, fueron un elemento más del mundo de cartón piedra y de efectos especiales que es el cine. Al saberlo, Isabel Berenguer no se inmutó: "¡Qué importa que fueran falsas! ¡Merecerían ser de oro!", aseguró ayer esta ama de casa mientras visitaba la colección de Eugene Joseff -el joyero de las divas como se le conocía en el Hollywood de los anos treinta- que se exhibe en El Corte Inglés de Castellana.Teresa, una jubilada de banca, se expresaba en términos parecidos: "Soy aficionada al cine y me encanta la bisutería", explicó. Las 150 piezas de la exposición están colocadas sobre una plataforma rosada; las alhajas y algunos trajes se acompañan de fotos de los protagonistas. Cada pieza tiene su historia, como las amatistas que hubo que buscar del mismo color de los ojos de Liz Taylor o el arete que lució Errol Flynn en Don Juan. En la vitrina está el aro número 22. Natasha de Santis, promotora de la exposición cuenta que "tras los rodajes, el actor se llevaba a mujeres a su camerino y volvía sin ellos, por eso hubo que fabricar tantos".

Todas son originales y muchas sólo se utilizaron una vez. Una excepción, y se nota porque el cuero se ve desgastado, es el cinturón que lució Rodolfo Valentino en El caíd, y que luego pasó por la cintura de Anthony Quinn y de otro actor.

Su autor, Eugene Joseff (Chicago, 1905), fue un perfeccionista. Empezó como publicista, pero escenas amorosas como las de la película titulada París, que aparecía dominada por un claro de luna sobre el mar que servía de fondo a la capital francesa, cambiaron su vida. El diseñador Walter Plunkett -harto de escuchar sus críticas del tipo de "un centurión romano no puede llevar reloj de pulsera" o "en los tiempos de Escarlata O'Hara no llevaban collares de esa traza"- le espetó un día: "Entonces, intenta hacerlo tú". Así comenzó una carrera.

Como novedad, la exposición, que después de Madrid viajará a Barcelona, París, Londres y Moscú, ofrece la posibilidad de comprar reproducciones de algunas joyas a precios que van desde las 10.000 a las 200.000 pesetas. Ayer, sólo dos de estas joyas estaban a la venta.

Las joyas de Hollywood, en el Corte Inglés de Castellana. Hasta el 28 de octubre. Horario comercial: de 10.00 a 21.00. Gratis.

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