"La policía se ensañó conmigo en la protesta del 0,7%"
Ainhoa Martín Garrido, de 21 años, no puede ahuyentar de su mente la "brutalidad" del policía antidisturbios que se ensañó con ella la noche del pasado lunes durante la expeditiva disolución de la manifestación en favor de que se destine el 0,7% del producto interior bruto para los países pobres. Ocurrió en la calle del Príncipe de Vergara. Casi acababa de llegar ("yo no participaba en la protesta; fui en busca de una amiga", explica) cuando un agente le propinó un tremendo golpe y le rompió la nariz. Cayó de espaldas al suelo, mareada, y entonces recibió otro no menos virulento en la cabeza, justo detrás de la oreja derecha.
Los muchos palos que sufrió Ainhoa -azafata en una empresa madrileña- fueron proporcionales a la corpulencia del agente que se los dio: un hombre de 1,75 de estatura, con barba y "mirada sádica". "Parece que disfrutaba", asegura Ainhoa.Ella no acierta a comprender cómo un policía puede ensañarse de esa forma con una persona y golpearla sin miramiento en un sitio tan delicado como la cabeza.
En urgencias de La Paz me dijeron que había tenido suerte; si me da un poco más arriba me podía haber matado, o dejado paralítica". El parte médico es clarificador: fractura nasal con desplazamiento a la derecha de los huesos y contusión en la cabeza, además de numerosos hematomas.
Reivindicaciones
"Aunque comparto las reivindicaciones de la Coordinadora del 0,7%, yo no participé en esa manifestación. Otra amiga y yo habíamos quedado con una. chica, que sí estaba en la manifestación, y fuimos allí en su busca". Al llegar, la gente estaba sentada, tranquila... Pero de pronto los antidisturbios, porra en mano, entraron a saco...". Los dos primeros golpes que recibió (el primero en la nariz y el segundo, ya en el suelo y mareada, detrás de la oreja) retumban aún en sus oídos; fueron los más salvajes. Un manifestante, al ver el ensañamiento policial y que ella estaba en el suelo aturdida, acudió en su ayuda. Eso le costó también a él algunos golpes, recuerda la víctima. "Me incorporé como pude y comencé a andar sin rumbo. Un policía me dijo: 'Vete de aquí, que vas a más". El desconcierto era total en ese momento: la gente corría de un lado hacia otro buscando refugio. Ainhoa intentó localizar a sus amigas para irse de allí. Pero recibió nuevos golpes de otros policías. Esta vez le respetaron la cabeza, pero le llenaron de hematomas el costado y el trasero. "Estaba tan aturdida que ya ni los sentía. Como no veía a mis amigas, decidí salir de allí, y entré en el metro con dirección a mi casa". En el tren vio a otros manifestantes dolidos por los golpes. "Uno llevaba varios dedos rotos", recuerda. En el trayecto, se miró en un cristal y vio que su nariz estaba completamente torcida hacia la derecha. "Nunca me ha gustado mi nariz, pero ahora [cuando le quiten el yeso que le han puesto los médicos] me conformaría con que se quedase igual que antes". La impotencia y la rabia se apoderaron de ella y lloró. Llegó a casa y contó a su padre lo ocurrido. El la llevó al servicio de urgencias de La Paz, donde fue atendida de la fractura, le recetaron Nolotil para el dolor y le dieron una recomendación: "duerme boca arriba".
'Le reconocería"
Aihnoa dice que reconocería ahora al policía que la golpeó: "Le vi la cara porque iba sin pasamontañas" (la mayoría de los antidisturbios sí lo llevaba). Ella presentó ayer por la tarde una denuncia en el juzgado de guardia, con el parte médico bajo el brazo.
Fuentes policiales indicaron ayer que desconocían el caso concreto de Ainhoa. Aseguraron que la policía intervino porque los manifestantes habían interrumpido parcialmente el tráfico viario y el de transeúntes. "Los agentes intentaron, primero, levantarlos para despejar el paso, pero los manifestantes contestaron arrojando objetos contundentes y entonces se produjo la carga. Durante los incidentes", agregaron las citadas fuentes, "algunos manifestantes rompieron cristales de bancos y papeleras; hubo siete detenidos, y tres policías sufrieron lesiones".
Por otra parte, siete personas, que fueron detenidas el pasado lunes frente del auditorio nacional y liberadas ayer, pusieron denuncia por los presuntos malos tratos que sufrieron mientras eran trasladados a comisaria.
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