El baile de los Santos Ángeles Custodios

La conmemoración de los Santos Ángeles Custodios, festividad patronal de la policía, tienen este año un baile muy especial: coinciden con la cadena de ceses y nombramientos en las escalas superiores del Cuerpo, dentro de la "modernización" iniciada con la llegada de Juan Alberto Belloch al superministerio de Justicia e Interior. Tras la movida emprendida en la cúpula policial antes del verano, ahora le toca el turno a los segundos escalones. Los cambios afectan, sobre todo, a los servicios de gestión económica, anticorrupción y contraespionaje. En breve habrá además relevos en importantes jefaturas superiores de policía. Mientras, apenas hay movimientos significativos en la Guardia Civil.Belloch aprovechará los actos de hoy para explicar las líneas maestras de la "modernización" que quiere llevar a cabo en la policía. El nuevo esquema de los servicios de Seguridad Ciudadana ha sido generalmente bien acogido por los agentes de las comisarías de distrito de las grandes capitales donde a principios de 1995 comenzará un plan de choque contra la inseguridad callejera. Para poder sacar a más agentes a la calle, Interior sustituirá por guardias civiles a los policías que ahora prestan vigilancia en varias cárceles.

Después del nombramiento en junio de Ángel Olivares como director de la Policía, los últimos cambios afectan a las áreas de gestión económica y lucha contra la corrupción interna. Varios responsables de la primera -encargados de las contrataciones, servicio de arquitectura, adquisiciones y compra de automóviles- han sido relevados en los últimos días. Belloch, tiene especial empeño en controlar cada peseta que se gasta, después de una etapa en la que el caso Roldán y otros escándalos han sembrado las dudas sobre la honradez del antiguo equipo de Interior.

Fuentes policiales aplauden que Belloch y su viceministra Margarita Robles, hayan decidido, por ejemplo, no conceder a una sola empresa el suministro de los coches patrulla, como había ocurrido en ocasiones anteriores. Los próximos patrulleros serán Peugeot 306, Citröen Xantia y Seat Toledo, en los que se invertirá gran parte de los 1.500 millones que se van a emplear en renovar el equipamiento.

Los nuevos aires impuestos por el ministro se reflejan hasta en la concesión de medallas al mérito policial: este año se han concedido 14 cruces blancas y tres cruces rojas -remuneradas- a otros tantos funcionarios de Madrid. Desde ahora, éstas sólo se otorgarán a los agentes que hayan ido más allá del cumplimiento estricto del deber, con lo que tales condecoraciones recobran su verdadero valor. De pasada Belloch consigue así recortar él gasto público que comportaba su concesión, a veces demasiado benevolente durante la etapa de José Luis Corcuera.

Miguel Angel Santano, un viejo sindicalista, se ha hecho cargo de la secretaría de la Subdirección General de Inspección, departamento encargado del control interno. Mauricio Moya, otro sindicalista, es el flamante secretario general de la subdirección operativa. José Enrique Díaz Díaz es el nuevo jefe de la brigada Interior (contraespionaje). También han sido convocadas las plazas de jefe de la brigada de Asuntos Internos (anticorrupción) y de la Unidad Central de Inteligencia (antiterrorista).

Crisis profunda

Pero la música que toca Belloch no suena igual en todos los oídos. Federico López Ferrer, de la Unión Federal de Policía (UFP), cree que el Cuerpo sigue en "una crisis profunda" tras la mala gestión de los antiguos mandos, a los que su sindicato acusa de haber usado los fondos reservados para su lucro personal, y por la "inexistencia de relaciones laborales y bajos salarlos".La UFP, próxima a UGT, no asistirá a los festejos oficiales. Tampoco lo hará la Asociación Nacional de Policía Uniformada (ANPU), que juzga que no hay motivo para estos "fastos" mientras haya "otras necesidades más acuciantes". El Sindicato Unificado de Policía (SUP) asiste por primera vez desde 1987.La movida en la policía contrasta con lo que sucede en la Guardia Civil, donde Belloch sólo ha colocado en la cúpula a varías personas de su confianza. "Es muy difícil mover a un general", ironiza un oficial.