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Entrevista:

"No queremos velos ni en las caras ni en las mentes"

La viuda de Sadat parte de su experiencia en. Egipto para instar a todos los gobiernos a sacar a sus pueblos "de la charlatanería" con todos los medios a su alcance. La mujer, es a su juicio, uno los factores para cual quier política de desarrollo. "No queremos velos ni en las caras, ni en las mentes", dice.Pregunta. El mundo islámico padece, de forma especialmente dura el crecimiento de la población. Sin embargo, en la conferencia de la ONU en El Cairo han sido precisamente los país es islámicos los que han planteado objeciones claras a una política demográfica.

Respuesta. Sería más fácil controlar la explosión demográfica si en los países que se encuentran mas gravemente afectados contáramos con unos dirigentes que sólo se dejaran guiar por la experiencia técnica y por las necesidades materiales. Pero las cosas no son tan fáciles en los países árabes e, islámicos., Luchamos al mismo tiempo contra la estrechez de miras religiosa, la opresión de la mujer y la tutela de la opinión pública por parte de una élite a la que preocupa sobre todo conservar el poder.

P. Importantes eruditos islámicos consideran el control de la natalidad una conjura mundial destinada a mantener bajo el número de musulmanes.

R. Naturalmente, eso es absurdo. Y por eso los Gobiernos tienen que luchar contra ello de la forma más clara posible y utilizar todos los medios a su alcance, como la televisión o la radio, o mejor incluso, los púlpitos, para sacar de la cabeza de la gente las charlatanerías de los predicadores provincianos. Gracias a Dios, en Egipto ya hemos avanzado algo en este sentido.

P. Pero el número de habitantes casi se ha multiplicado por dos en los últimos 25 años.

R. Sin embargo, comparándolo con épocas anteriores, el crecimiento de la población ha disminuido considerablemente. Personalmente, ya propuse en 1979 una serie de leyes que surtieron efecto.

P. Bajo su influencia se suprimió prácticamente la poligamia.

R. No se llegó a suprimir, sólo se hizo más difícil. Conseguí que la esposa pudiera solicitar la separación y mantener la vivienda común si el marido se casaba sin su consentimiento con una segunda, tercera o incluso cuarta mujer. Aquello fue un gran éxito.

P. Pero tras el asesinato de su marido la sociedad egipcia, dominada por hombres, ha hecho menos estricta dicha ley.

R. En parte, los instigadores islámicos podrían imponerse de nuevo. Pero la lucha por la igualdad sigue adelante. Una mujer libre es tan importante para los planes demográficos como la educación o un derecho matrimonial avanzado.

P. Desde hace algún tiempo el. velo está ganando terreno también a orillas del Nilo.

R. La creencia y la moral islámicas no tienen nada que ver con la conocida vestimenta islámica. Yo no llevo velo, pues no dejo que extremistas religiosos, a los que no les importa el Corán, sino el poder y la influencia, me ordenen cómo me tengo que vestir o cuántos niños he de tener. No queremos velos, ni en los rostros ni en las mentes.

P. Los tabúes islámicos hacen más difícil la lucha por la igualdad entre hombre y mujer.

R. El camino que han de recorrer, las mujeres islámicas todavía largo, tan largo como la lucha por el control de la natalidad. Sin embargo, las mujeres instruidas del mundo islámico no deben resignarse. Nuestro próximo objetivo es la supresión del Beit el- Taa.

P. El derecho del hombre musulmán según el cual puede recuperar a su mujer con la actuación policial si ella le abandona.

R. Es uña terrible humillación para la mujer. Y aunque la ley fue suprimida en Egipto, la policía todavía la aplica: es la dictadura de los hombres. Pero su poder tiene que ser destruido. No traeremos al mundo más de dos hijos, pero a pesar de ello seguiremos siendo buenas musulmanas.

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