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LA BATALLA DE MADRID

Las familias de IU vuelven a su guerra

La coalición celebra en noviembre la IV Asamblea para renovar los cargos con tres sectores enfrentados

Un año después, las tres familias enfrentadas en Izquierda Unida (7.500 afiliados) siguen lanzándose los trastos a la cabeza. El espectacular resultado de las elecciones europeas (467.300 votos en Madrid) no ha rebajado las tensiones dentro de la organización. La corriente Nueva Izquierda (encabezada por Isabel Vilallonga), los ortodoxos (fieles seguidores de Julio Anguita, dirigidos por Susana López y Rubén Cruz) y los transversales (que representan a la mayoría en la dirección de IU) han empezado a preparar la batalla final.El resultado de la IV Asamblea regional resolverá la incógnita sobre los candidatos de la coalición. Nueva Izquierda, con un 20% de apoyos, defiende a su valor principal, Isabel Vilallonga, como candidata a la presidencia regional. Y recuerdan el enorme atractivo de Cristina Almeida para ocupar el primer puesto en la lista municipal. "Pero si hay bronca, Cristina Almeida prefiere no jugar este partido", recuerda un portavoz de Nueva Izquierda.

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Ni listas ni candidatos

La dirección regional, que cuenta con cerca del 50% de partidarios, apoya la continuidad de Francisco Herrera como aspirante a alcalde de Madrid. Sitúa en la sombra a Isabel Vilallonga (como número dos) y reserva el papel estelar de la candidatura autonómica para el actual coordinador regional,. Ángel Pérez.

Pese a estas estrategias, nadie quiere hablar en público sobre candidatos y listas.

Susana López, diputada autonómica y defensora de las tesis de Julio Anguita, califica de "errática y con . tradictoria" la gestión de la actual dirección de IU. "La mayoría que dirige IU está trufada con antiguos componentes de Nueva Izquierda y ha firmado acuerdos con la Federación Socialista Madrileña (FSM) para elaborar programas conjuntos que, en vísperas electorales, ni siquiera hubiera firmado Nueva izquierda", denuncia López. "El PSOE hace una política de derechas, y, por tanto, no se puede pactar con ellos", remacha. Nueva Izquierda también torpedea la gestión de la actual directiva: "No ha tenido iniciativa política. Es dificil hacer una evaluación de, algo que no existe, algo que es pura atonía".

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El coordinador regional de -IU se defiende: "Algunos compañeros nuestros dicen que hemos pactado con el PSOE para luego propugnarse como única izquierda del globo terráqueo. Hablar no es pactar. Nosotros nunca vamos a hacer un programa común ni con la FSM ni con nadie". Pérez contraataca: "Se están produciendo alianzas extrañas entre personas que defienden posiciones contrarias". Nueva Izquierda lo niega.

Ahora, todos reúnen argumentos para la batalla final. "Hay problemas con el censo", dice Nueva Izquierda. "Hay 150 personas en Móstoles a las que no les dejan entrar. Y otras 40 en Villaverde a las que no dan filiación". La dirección se defiende: "No es cierto. Los censos se han actualizado porque existían cifras irreales motivadas por anteriores debates internos", dice Pérez. La dirección federal ha exigido medidas para "evitar fraudes en el proceso", según indicó un dirigente a EL PAÍS.

El método para elegir candidaturas también ocasiona roces. La actual dirección propone un respaldo mínimo del 75% del Consejo Político Regional para aprobar una candidatura y, si no es posible, las bases decidirían por el sistema mayoritario. Nueva Izquierda se queja: "Si hay que acudir a los militantes, que se decidan las candidaturas por sistema proporcional".

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