Con la Constitución no se juega

La necesidad de una reforma constitucional para hacer del Senado una Cámara de representación territorial ha sido la principal conclusión del debate sobre el Estado de las autonomías.Todos los partidos han apoyado la creación de la ponencia. Ningún partido pone en duda que hay un enorme desfase entre el desarrollo del Estado de las autonomías y la ausencia de una Cámara donde los representantes de las comunidades autónomas puedan debatir, tal y como sucede en los países occidentales descentralizados.

Sin embargo, abrir el debate de la. reforma constitucional inquieta a los juristas especializados. No comparten el entusiasmo de los representantes de los partidos políticos. Así se puso de relieve en un debate celebrado en el Centro de Estudios Constitucionales el pasado día 20.

Recelos

Expertos de la categoría de Francisco Tomás y Valiente, ex presidente del Tribunal Constitucional; Gumersindo Trujillo, catedrático de Derecho Constitucional; y Andrés de Blas, catedrático de Derecho Político, expresaron sus recelos hacia una reforma inmediata de la Constitución.

Ninguno puso en duda la conveniencia de ajustar el funcionamiento del Senado al desarrollo alcanzado por el Estado de las autonomías.

La razón de fondo de su temor no era otra que el clima político existente hoy en España, especialmente derivado del enfrentamiento entre las cúpulas dirigentes del Partido Popular (PP) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Tomás y Valiente dijo que era necesario un apaciguamiento previo el clima político antes de cualquier reforma constitucional. González Encinar se opuso de forma tajante a tocar por ahora la Constitución.

Andrés de Blas e el que más explicitó las razones ara una ralentizaión de la reforma.

A su juicio, no odia llevarse a cabo mientras no terminara esta etapa de enfrentamientos y desconfianzas mutuas entre los dos principales partidos, generadas por las expectativas de poder del Partido Popular

De Blas dijo también que la apertura de la Constitución española para su reforma en un clima político enrarecido como el actual podría generar un debate que se empantanara por derroteros distintos a los propuestos inicialmente.

El constitucionalista Eliseo Aja se quedó un tanto solo en su intento de acelerar la reforma constitucional.

Joaquím Ferrer, portavoz de Convergència i Unió (CiU) en el Senado, presente también en el debate, buscó la fórmula conciliadora. "Avancemos haciendo pedagogía de la reforma del Senado, utilizando la vía que concede la Comisión General de Autonomías", dijo el portavoz de los nacionalistas catalanes.

Ferrer estaba pensando en el debate sobre el Estado de las autonomías que finalizó ayer. Y el debate ha culminado con un éxito inesperado, con unanimidad de los partidos para proceder al estudio de la reforma constitucional y, sobre todo, en un clima de consenso, inexistente en la política española en los últimos meses.

Un antes y un después

Los partidos hablan de un antes y un después del debate en la historia del Senado, lo que podría propiciar ese clima político necesario del que hablaban los expertos juristas para proceder a la reforma constitucional del Senado.

El catedrático de Derecho Constitucional Eliseo Aja hizo algunas propuestas concretas sobre la forma en que se podría proceder a la reforma constitucional. Tanto él como sus compañeros juristas estaban de acuerdo en que no podía tocarse para nada el título VIII de la Constitución, referente al capítulo de las autonomías.

Aja propuso reformar aquellos artículos de la Constitución referentes a la elección de los representantes del Senado, a sus funciones y competencias. Un criterio generalmente coincidente con el de sus compañeros. Aja concretó que la adaptación del Senado a estas funciones conllevará la reforma de los artículos 69, 90, 74.2 y quizá el 145 de la Constitución.