Gardner afirma que la ayuda económica no es suficiente para lograr el desarrollo

El embajador de EE UU en España, Richard Gardner, aseguró ayer que "ninguna cantidad ayuda de las instituciones financieras intercionales podrá resolver los problemas del desarrollo sin que existan el adecuado conjunto de condiciones en los países receptores". Gardner puso como "ejemplos de éxito y fracaso" de estas ayudas a los países asiáticos y a África, respectivamente, durante la presentación de su libro La diplomacia del dólar y la esterlina, reeditado en castellano en conmemoración del 50º aniversario de las instituciones de Bretton Woods (FMI, Banco Mundial y GATT).

También con motivo de la la celebración, de la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Madrid el consejero del Banco de España y catedrático de Organización Económica Internacional, Joaquim Muns, resaltó el papel que jugó el Banco Mundial en el desarrollo de España. "Cuando España se convirtió en miembro del Banco [1958], éste y el FMI ejercieron una influencia decisiva en el cambio de modelo económico que seguía el país y que se caracterizaba por las pretensiones autárquicas". España pasó de una economía cerrada a otra abierta e integrada en las instituciones internacionales.El libro del embajador Gardner fue presentado por el gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, quien lo calificó como "la mejor descripción del intento de establecer un orden financiero tras la II Guerra Mundial". Gardner y Rojo destacaron el impacto que las ideas liberales -"que venían de Estados Unidos", según el gobernador- han tenido en el mundo durante los 50 años de historia de las instituciones de Bretton Woods. "Esas ideas liberales fueron bien recibidas en Europa a pesar del mal momento que se vivía en la posguerra", aseguró Rojo, "y triunfaron en las épocas siguientes sobre todo a través del plan Marshall", que condicionó la ayuda financiera a que se pusiera fin al intervencionismo. Seguir esta medicina permitió, según Rojo, "entrar en la expansión de los años 60 y 70".

De cara al futuro, el FMI y el Banco Mundial se enfrentan a nuevos retos. Según Gardner, deberá, por ejemplo, analizar "cómo reformar los excesivamente generosos programas de compensación por desempleo que reducen el incentivo para trabajar, así como las rígidas leyes sobre salario mínimo, o sobredespido o traslado de los trabajadores, que sirven para proteger los puestos de trabajo existentes al coste de disuadir la creación de otros nuevos". También son nuevos retos, según el embajador, "estimular al empresariado" con la "reducción de la excesiva regulación y de las cargas fiscales", aumentar la productividad, y adecuar la educación y la formación profesional para preparar a los jóvenes de cara a "los empleos de alta especialización del futuro".

El fracaso del sistema de tipos de cambio fijos que se ideó en Bretton Woods fue minimizado por Rojo y Gardner. Era de esperar, explicó Rojo. Volvería a ocurrir, vino a preconizar Gardner. El embajador de EE UU subrayó que "los esfuerzos del grupo de las siete democracias más industrializadas durante los últimos años demuestran que los Gobiernos de las principales potencias económicas no están preparados para subordinar su política interna al objetivo de mantener sus monedas en algún alineamiento internacional acordado".