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Motivos de salud obligan al Papa a cancelar su presencia en la ONU

El Papa no viajará a Nueva York el próximo 20 de octubre para hablar a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Problemas de salud impedirán al Pontífice realizar esa importante visita, en un año caracterizado por sus reiterados llamamientos a la "intervención humanitaria" de las fuerzas de la ONU en los diversos conflictos; pero, sobre todo, por la polémica entre la Santa Sede y otros miembros de la organización internacional acerca del control demográfico. Joaquín Navarro Valls, portavoz vaticano, aseguró ayer que la reciente operación de cadera es lo único que explica la suspensión del viaje.

"Como es sabido, la visita de Su Santidad Juan Pablo II a la ONU estaba programada para el mes próximo. Habiéndosele aconsejado al Papa que no aumente demasiado su actividad en este periodo sucesivo a la intervención quirúrgica ortopédica para favorecer una recuperación funcional completa más acelerada, la visita citada ha sido pospuesta hasta noviembre de 1995, de modo que coincida con las celebraciones del cincuenta aniversario de la fundación de la ONU, que caerán en aquel periodo", dice textualmente el comunicado oficial leído ayer por Navarro.Juan Pablo II, de 74 años, sometido a seis operaciones durante los 16 años de su pontificado, la última de ellas para implantarle una cadera artificial tras haberse caído en el baño el pasado 28 de abril, ha sufrido un deterioro físico acelerado en los últimos meses. Hasta el punto de que su movilidad durante el viaje que realizó a Zagreb el pasado 10 de septiembre resultaba mucho más precaria que cuando se le vio andar por primera vez tras la operación, y subir al altar de la Basílica de San Pedro, el pasado 29 de junio, a decir la misa del patrono.

El Papa recorrió aquel día la nave central de la basílica sin bastón, del que también había prescindido para recibir al presidente norteamericano, Bill Clinton, el anterior 2 de junio. El 6 de agosto, anuló la misa que celebra cada año en memoria de Pablo VI. El 17 de agosto, con motivo de la audiencia general de los miércoles, exhibió por primera vez su bastón en público.

Un Papa doliente y débil

El 21 de agosto, cuando decía misa en la zona montañesa del norte de Italia donde pasa sus vacaciones, los periodistas advirtieron que el Pontífice hacía un gesto de fuerte dolor cuando terminaba el rito. Un niño confirmó que vio al Papa caminar libremente por el monte, como aseguraba Navarro. Pero el pasado 10 de octubre, en Zagreb, llegó un Papa tan doliente y débil que sobrecogió al público.Con respecto a la salud de Juan Pablo II, ha vuelto a recordarse en estos meses la infección de citomegalovirus que adquirió por las transfusiones recibidas a raíz del atentado que sufrió en 1981; se ha dicho de nuevo que los temblores de su mano izquierda pueden denotar una enfermedad de Parkinson; se ha oído otra vez que el tumor de colon que padeció hasta 1992 le fue extirpado demasiado tarde; y se ha recordado que el cardenal brasileño Aloisio Lorscheider declaró, el pasado verano, que en el Vaticano se dice que el Papa padece un cáncer de huesos.

El portavoz Navarro, por su parte, a la pregunta de si, además de la cadera, hay otros motivos médicos para que el Papa no viaje a Nueva York, respondió. "No, en absoluto". Según Navarro Valls, un largo viaje previsto para enero a Filipinas, Australia, y Papúa Nueva Guinea, entre otros países, sigue en programa. Quedan en cambio en suspenso la visita a Sicilia que el Papa pensaba realizar el próximo mes de noviembre.

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