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Gutiérrez Mellado advierte a los cadetes contra la tentación del poder militar

Manuel Gutiérrez Mellado instó ayer a los futuros oficiales a formar parte de un Ejército que "rechace para siempre lo que se ha llamado la tentación del poder militar", la pretensión de unas Fuerzas Armadas no subordinadas al Gobierno democrático. La Academia de Zaragoza rindió ayer homenaje al militar clave de la transición, recientemente convertido, con carácter honorífico, en el único capitán general del Ejército, al margen del Rey.

Gutiérrez Mellado renovó en el patio de armas de la Academia su juramento a la bandera, a los 65 años de ingresar como alumno en este mismo centro. Luego pronunció la lección magistral de apertura del curso en la Academia General Militar, en la que subrayó que las Fuerzas Armadas del futuro deberán "tener grabada en sus mentes la virtud de la lealtad... a España, a nuestro comandante superior, el Rey, y a los que rijan el Gobierno de la nación, así como a las gentes de todos los rincones de España".Con vehemencia no exenta de humor, Gutiérrez Mellado, de 83 años, se presentó como "sargento galonista de la lVa Compañía", grado que alcanzó en 1931, y afirmó que ayer era "uno de los días más felices de esta recta final" de su vida. Su conducta durante el 23-F, cuando plantó cara a los golpistas que asaltaron el Congreso, la minimizó diciendo: "Sólo hice lo que me habían enseñado aquí [por la Academia]; era el militar de más graduación y tenía que poner orden".

Salió al paso de algunas versiones sobre su comportamiento durante la Guerra Civil, que pasó en el Madrid republicano trabajando para el bando franquista. "Nada de agente doble; atravesé el frente tres veces para evacuar a numerosos oficiales", dijo, aunque añadió que también cruzó las líneas para casarse.

Agregó que está harto de perder guerras con honra", por lo que en su día se manifestó a favor de que España abandonara el Sáhara. Esto le costó "algún disgusto" cuando era general de brigada. Aprovechó esa anécdota para animar a los futuros oficiales a trabajar porque no haya guerras, "pero sin ternerlas".

Acabó su lección pidiendo: "Cada vez que tengais ocasión, brindad por el Rey". Sus palabras fueron acogidas con prolongados aplausos y muestras de afecto que intentó mitigar. Al acto asistieron, entre otros, Landelino Lavilla, compañero de Gutiérrez Mellado en el Consejo de Estado y presidente del Congreso durante el 23F.

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