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El estancamiento de la negociación de la pesca y el libre comercio con Rabat preocupan a Exteriores

El Ministerio de Asuntos Exteriores no ha reaccionado oficialmente al anuncio de una ofensiva diplomática marroquí sobre Ceuta y Melilla, pero entre los diplomáticos responsables del seguimiento del Magreb se asegura que se han desorbitado las declaraciones "moderadas" del primer ministro de Rabat, Abdelatif Filali. Las mismas fuentes reconocen, no obstante, que las relaciones hispano -marroquíes no atraviesan su mejor momento a causa del estancamiento de las negociaciones sobre la pesca y sobre el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).Filali declaró el viernes, según la prensa marroquí, estar dispuesto a "utilizar todos los medios diplomáticos a su alcance" para lograr una respuesta española a la propuesta de Hassan II de crear una "célula de reflexión" sobre los enclaves. El ministro marroquí de Energía, Abdelatif Guerraui, insistió ayer que el contencioso. "puede resolverse mediante la negociación".

El ministro de Exteriores, Javier Solana, rehusó comentar, ante los micrófonos de la COPE, el anuncio de Filali, pero insistió en que las plazas de soberanía "no son un problema de política exterior en el sentido estricto, sino un problema de política interior". "Ceuta y Melilla son España", subrayó. "Tendremos que defender los intereses de España".

La política del Gobierno recibió ayer el apoyo del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, de visita oficial en Marruecos. "El tema de los estatutos de autonomía ( ... ) estaba previsto desde la aprobación de la Constitución, en l978", señaló Pujol al término de una audiencia en Sjirat con el rey Hassan II. "El Gobierno español tenía el deber de plantear este tema. Que ahora lo haya hecho no debería ser una novedad para nadie", agregó el presidente catalán.

En Asuntos Exteriores, los colaboradores del ministro recalcaron que las palabras de Filali estaban dirigidas a los partidos de su oposición, que se quejan del envío por el Gobierno español a las Cortes del anteproyecto de ley que otorga a ambas ciudades estatutos de autonomía.

Aun así, prosiguen, han sido moderadas porque sólo mencionan medios diplomáticos -en 1975 se organizó la Marcha Verde- para alcanzar sus objetivos.Descartan, por último, que la diplomacia marroquí vaya a boiotear ninguno de los actos organizados en Madrid en torno a la Asamblea General del Fondo Monetario Internacional.

Sólo a medio o largo plazo, se prevé en Exteriores, Marruecos podría librar la batalla diplomática sobre los dos enclaves. Lo haría una vez resuelto el contencioso del Sáhara -la ONU desea celebrar el referéndum de autodeterminación el 14 de febrero- y para recomponer una unidad nacional amenazada por un eventual auge del islamismo, por ahora controlado.

Valedor en Bruselas

En Exteriores se admite, no obstante, que las relaciones bilaterales padecen del estancamiento de las negociaciones pesquera y comercial entre Marruecos y la UE. Solana se presenta ante sus interlocutores marroquíes -lo hizo con Filali a finales de julio- como el mejor valedor de sus intereses en Bruselas, pero no siempre le perciben así.

El 15 de septiembre concluyó sin avances en Rabat la tercera ronda pesquera de revisión del acuerdo que, según denuncian los españoles, la delegación marroquí ha convertido en una auténtica renegociación de un tratado que expira en mayo de 1996.

Exige, entre otras cosas, que la flota comunitaria -española en un 92%- deje de pescar merluza negra y reduzca al 50% sus capturas de cefalópodos y camarones, pero no acepta, sin embargo, una disminución de las contrapartidas financieras que Rabat cobró por adelantado.

Otro tanto ocurre con el tratado de libre comercio, que sólo se ha negociado en una ocasión, en febrero pasado, y sobre el que Filali no quiere volver a discutir hasta que la Comisión Europea no, mejore su oferta, lo que hará, probablemente, el 4 de octubre.

Más información en la página 55

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