Movilizados 500 policías en Madrid para evitar atentados etarras

El Ministerio de Justicia e Interior ha puesto en marcha una operación para intentar evitar atentados de ETA en Madrid, según fuentes policiales. Alrededor de 500 agentes integran este dispositivo, cuya principal novedad es que cubre gran parte de capital, además de las zonas calientes que desde hace varios años vienen siendo escenario de las acciones de esta organización.La Brigada Provincial de Información de Madrid puso en práctica hace más de un año un despliegue policial dirigido a descubrir terroristas e impedir su actuación. El plan estuvo centrado en la zona sur de la ciudad, haciendo hincapié en el barrio de Aluche y en los alrededores del paseo de Extremadura y la ribera del Manzanares, donde ETA ha perpetrado sus crímenes durante los últimos años.

Este despliegue, del que llegaron a formar parte hasta 300 funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía, "se aflojó mucho durante el pasado agosto", según fuentes de Interior, probablemente al contar con menos efectivos a causa de las vacaciones.

Sin embargo, desde hace unos días se ha iniciado una operación aún mayor en la que participan unos 500 agentes, ampliada a la práctica totalidad de la ciudad. Las fuentes informantes recalcan que la mayoría de los agentes son uniformados y ya han controlado "miles" de matrículas de vehículos sospechosos e identificado a numerosos ciudadanos, sin que hayan obtenido ninguna pista.

Estado de alerta

La nueva operación coincide con los temores existentes en medios policiales a que ETA cometa un atentado en Madrid, posiblemente contra un militar o una instalación del Ejército. Estas sospechas han hecho que se haya cursado una alerta para que el Ministerio de Defensa redoble la escolta sobre personas susceptibles de sufrir atentados.La policía desconoce la composición del comando Madrid y sólo tiene plenamente identificado a uno de sus presuntos miembros: Mikel Azurmendi Peñagaricaño, Mancas, ex componente del comando Gohierri Costa.

La identificación de Azurmendi ha sido posible gracias a que sus huellas dactilares fueron encontradas a principios del pasado mes de agosto en un coche en el que huyó después de un incidente, en el distrito de Hortaleza de Madrid, con unos policías municipales a los que robó sus armas. En ese momento es posible que el activista estuviera vigilando un futuro objetivo.

Los agentes antiterroristas saben que hay una mujer en el comando Madrid, aunque se ha descartado que sea Soledad Iparraguirre Guenetxea, a la que repetidamente se le ha venido señalando como encuadrada en este grupo.