Una severa derrota de la coalición japonesa incrementa las dudas sobre su viabilidad

La coalición gubernamental japonesa, que lidera el primer ministro, el socialista Tomiichi Murayama, sufrió el domingo un severo e inesperado revés en unos comicios parciales para un escaño en la Cámara alta, considerados por los observadores como la primera prueba electoral de la alianza entre el partido socialista, el Partido Liberal Democrático (LDP) y el nuevo partido Sakigake. Los analistas auguran el hundimiento de la coalición en futuras consultas electorales.Yuzuru Tsuzuki, de 43 años, apoyado por seis partidos de la oposición, obtuvo el 43% de los votos en el distrito electoral de Aichi. El candidato de la coalición gubernamental, Jiro Mizuno, de 48 años, antiguo funcionario de la ONU, consiguió el 25%. Una popular pinchadiscos que durante la campaña electoral criticó a los políticos de Tokio por convertir la contienda electoral en una lucha nacional por el poder, quedó en tercer lugar, con el 22% de los votos.

"El resultado ha creado la imagen de que la nueva coalición es un Gobierno débil", proclamó ayer Minoru Morita, aún respetado comentarista político. La derrota ha puesto de manifiesto la dificultad de los socialistas de Murayama y del LDP para agrupar a sus diversos seguidores en torno a un candidato electoral, añadió Morita. Estos dos partidos, rivales durante cuatro décadas, formaron una imprevisible alianza que asumió el poder el pasado 29 de junio.

Los observadores predicen un negro futuro para esta coalición en las elecciones locales de abril y en las de la Cámara alta de julio. Algunos, como Minoru Morita, han vaticinado el hundimiento de la alianza gubernamental tras los comicios de julio.

En el campo contrario, los partidos de la oposición, incluidos los de los antiguos primeros ministros Morihiro Hosokawa y Tsutomu Hata, han recibido un tremendo empuje en sus esfuerzos para articularse en un único partido o, al menos, en un solo bloque en el Parlamento.

Lo amplio de la victoria de la oposición constituyó una sorpresa. Tsuzuki basó su campaña en una plataforma de reformas, sobre todo, una liberalización de la economía. El candidato gubernamental, por su parte, en que la necesaria estabilidad para mantener el progreso.