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Kinkel y Juppé se desmarcan de la CDU en su pretensión de una 'Europa a dos velocidades'

I. C. Klaus Kinkel y Alain Juppé, los jefes de la diplomacia de Bonn y París, intentaron ayer deshacer el entuerto. Ambos se desmarcaron de un documento "inoportuno" de los democristianos alemanes (CDU / CSU) del 2 de septiembre que preconiza una Europa construida en torno a un núcleo duro de cinco países (Alemania, Francia y el Benclux) en la que el Reino Unido, Italia y España serían socios de segunda fila. Los ministros de los Doce y sus homólogos de los cuatro países candidatos estuvieron reunidos el fin de semana en la isla alemana de Usedom, en el mar Báltico.

En su primera cita después de que las Reflexiones para una política europea de la CDU suscitasen una polvareda en la Unión Europea, Kinkel y Juppé se mostraron apaciguadores. El primero recalcó por enésima vez que el documento no representa la posición de su Gobierno mientras el segundo negó que su primer ministro, Edouard Balladur, compartiese el enfoque democristiano. Unas declaraciones de Balladur al diario Le Figaro habían dado la impresión contraria.Si en Francia, dijo en sustancia Juppé, algunos responsables políticos han barajado la hipótesis de una vanguardia europea que arrastraría a los demás socios ha sido pensando en futuras ampliaciones de la UE a países del Este atrasados.

La integracion a ritmo diferenciado "se produce de hecho", dijo a su vez el titular de Exteriores, Javier Solana, "y prueba de ello es que no todos los Estados miembros de la UE forman parte del grupo de Schengen, del Euroejército o se adhieren a la política social".

Libertad de los socios

"Lo que sería inaceptable" añadió el ministro en una conversación con EL PAÍS, "es que un socio no pueda estar donde quiera estar" porque un supuesto núcleo duro le margine. En claro, si el Gobierno español tiene la voluntad política de formar parte de la vanguardia, nadie se lo debe impedir.

Empefiados en evitar un levantamiento del embargo de armas a Bosnia, los jefes de la diplomacia de los Doce reclamaron ayer un aislamiento total de los serbios en esa ex república yugoslava para obligarles a aceptar el plan de paz.

Paralelamente, se mostraron dispuestos a suavizar las sanciones culturales, deportivas y aéreas que padece Belgrado si su presidente, Slobodan Milosevic, colabora en el aislamiento de la autoproclamada República de Pale aceptando el despliegue en su frontera con Bosnia de 135 obervadores para vigilar el embargo.

Los Doce acordaron además apoyar, en contra de EE UU, al francés Jean-Claude Paye para que siga al frente de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico y el italiano Renato Ruggiero emergió como candidato común para encabezar la futura Organización Mundial de Comercio. Aunque Solana no puso reparos, España desea que el cargo sea para el presidente mexicano, Carlos Salinas.

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