De escuadras y hojarasca
Un ingeniero técnico agrícola no demostró conocimientos suficientes para ser jardinero municipal. Y no porque desconociera datos sobre el metabolismo de la margarita -que ni se lo preguntaron-; es que no supo barrer para nota, a juicio del tribunal, un puñado de hojas secas.
Muchos querían ser barrenderos y los pusieron a adecentar matorrales. A una mujer que iba para cocinera le preguntaron: "¿Para qué sirve una escuadra?". Las descripciones que realizaron de las pruebas algunos de los 30.000 opositores que se disputaron las 673 plazas para cubrir puestos de Oficios del Ayuntamiento rayaban el surrealismo. ".
El sindicato Comisiones Obreras manifesta entonces que existían "serias dudas sobre cuántos y quiénes realizaron las pruebas". El 27 de enero, el Ayuntamiento rectificó: cinco aspirantes inscritos, que no habían realizado las pruebas, las habían superado.
Desde el inicio de la polémica -que coincide con el inicio de las oposiciones-, el concejal de personal, Antonio Moreno, máximo responsable del proceso, sostiene frente a cualquier sospecha que todas las oposiciones se han desarrollado respetando la legalidad.
La composición del tribunal examinador ha sido otra arma arrojadiza del sindicato: "El hecho de que en todos los tribunales figuren trabajadores interinos y eventuales crea serias dudas sobre la imparcialidad y objetividad del proceso, teniendo en cuenta que éstos son nombrados y cesados por el concejal de personal". Además, arguyen en el sindicato, esta composición del tribunal "contraviene el Real Decreto 2.223/84, el Real Decreto 18/90 y las Bases del Ayuntamiento, que establecen que los componentes de los tribunales deben ser funcionarios de carrera".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.