LA NOCHE DE BODAS.
Lala-Hasna, la hija pequeña del rey Hassan II de Marruecos, atravesó ayer el umbral de la cámara nupcial con su prometido, Jalid Ben Harbit. En las afueras del palacio Real, en Fez, resonaba el bullicio de los festejos nupciales, que terminan hoy. Durante tres días, la ciudad se ha convertido en un inmenso escenario de música, baile, fuegos artificiales y exhibiciones a caballo, entre, férreas medidas de seguridad. Otras 220 novias, cuyos gastos de boda ha cubierto Hassan, desfilaron el jueves entre los de las mujeres. Aunque Lala y Ben Harbit están casados desde 1991, según la tradición marroquí, sólo la fiesta de bodas permite consumar el matrimonio. Cuando mañana desaparezca el último invitado, Fez volverá a la normalidad
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