Christophersen vaticina un crecimiento del 2% para la UE y Lamfalussy considera que la recuperación es sólida
El comisario europeo de Finanzas, Henning Christophersen, manifestó ayer en Bruselas que el año 1994 terminará con un crecimiento económico del 2% en el conjunto de la Unión Europea frente al 1,6% previsto. Por su parte, el presidente del Instituto Monetario Europeo (IME), el belga Alexandre Lamfalussy, se mostró ayer partidario de mantener los actuales márgenes de fluctuación del 15% en el Sistema Monetario Europeo (SME) si se consigue la estabilidad monetaria, uno de los objetivos fundamentales del Tratado de Maastricht. Para la máxima autoridad monetaria de la Unión Europea (UE), los márgenes de fluctuación sólo son un instrumento para lograr la citada estabilidad.El presidente del IME realizó estas declaraciones en un debate celebrado en el Comité Económico y Social, un órgano consultivo de la UE sobre política monetaria. Alexandre Lamfalussy reveló ayer que los bancos centrales de la Unión acordaron reducir de manera gradual y lenta los tipos de interés a corto plazo. Esta decisión política es calificada de acertada ya que hasta ahora se logré la estabilidad de los tipos de cambio. El presidente del IME, órgano comunitario que se convertirá en el futuro Banco Central Europeo, considera extremadamente difícil una gestión estable de los tipos de cambio con bandas de fluctuación estrechas, hasta un 2,25%, en el SME cuando existe Una libertad total de los movimientos de capitales. Volver al margen estrecho es por lo tanto exponer las divisas comunitarias a nuevas especulaciones.
La máxima autoridad monetaria de la UE considera que con los márgenes de fluctuación en vigor, hasta un 15%, "se respeta el espíritu del Tratado de Maastricht" siempre y cuando se logre una estabilidad monetaria. El Tratado no cuantifica los márgenes habituales de fluctuación en el SME. Lamfalussy señala que, una vez que se fijen de manera irreversible en la fase final de la UEM los tipos de cambio, se producirá una armonización de facto de los tipos de interés. "Espero que no lleguemos a la locura monetaria de hace tres años, que fue una crisis provocada porque al haber tipos de cambios fijos había de facto una unión monetaria que no soportó. una situación de inflación y de tipos de cambios con divergencias importantes", añadió Lamfalussy, aunque reconoció posibles perturbaciones.
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