Los yanquis se van de la Costa Brava
Los soldados estadounidenses dejan L´Estartt, su penúltima base en la costa catalana
Lo que no lograron las movilizaciones contra las bases norteamericanas al grito de "yankies, go home! " lo consiguen ahora, sin el menor esfuerzo, los satélites. La puesta en órbita de estos artilugios hace innecesaria la presencia física de muchas de las bases norteamericanas de la cadena Loran extendidas a lo largo y ancho del Mediterráneo. Una de ellas es la de L'Estartit, en la Costa Brava, que después de 33 años de permanencia en esta población será abandonada a finales de año.La dirección de la base, en la que trabajan 16 miembros de la US Coast Guard -cuerpo de guardacostas-, negocia con el Ministerio de Asuntos Exteriores el traspaso de la base, cuya función principal en la actualidad es la emisión de señales radiofónicas de ayuda a la navegación. El desembarco del Ejército norteamericano en L'Estartit se produjo en el año 1961, cuando construyeron el centro en el punto más elevado de esta población costera.
Con los soldados estadounidenses, a los que nunca faltaron todos aquellos productos genuinamente americanos que les permiten mantener intacto su estilo de vida, llegaron a L'Estartit las primeras latas de cocacola. En la sala de proyecciones de la base -a la que se permite libremente la entrada a los vecinos del municipio- se reciben las películas norteamericanas de éxito mucho antes de su estreno en las pantallas españolas. Por ello, los habitantes de la zona guardan un recuerdo entrañable de la llegada de los norteamericanos, cuya presencia permitió vislumbrar "aires de libertad" durante los años de la dictadura franquista.
Su marcha entristece a los vecinos que les vieron llegar con sus lustrosos uniformes por razones "sentimentales", como explica un comerciante de L'Estartit, y en ningún caso económicas puesto que casi todo el abastecimiento de la base proviene directamente de Estados Unidos.
Actualmente, el personal del centro no depende del Ejército norteamericano, sino del Ministerio de Transportes de EE UU, por lo que ha perdido gran parte de su carácter militar. El Gobierno estadounidense aprovecha ahora la expiración del convenio, a principios de 1995, para desmantelar la base, como ocurre con la mayoría de las estaciones Loran del Mediterráneo. La de L'Estartit, que probablemente pasará a depender del Ente Público de Puertos del Estado español, es una de las últimas que quedan. Apenas una veintena de kilómetros al norte aún se mantiene, en la población de Pals, en la misma Costa Brava, Radio Liberty, aunque este mismo año ha visto reducida su plantilla -que era de 117 personas- a la mitad, por razones presupuestarias. Razones que, además de las tecnológicas, tienen también su peso en el abandono estadoudidense de L'Estartit.
Antes de abandonar el que, según el teniente de la base, Robert Atadero, ha sido uno de los mejores destinos de Europa de las estaciones Loran, se llevará a cabo una jornada de puertas abiertas para que todos aquellos que lo deseen puedan observar, en directo, el funcionamiento de la instalación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.