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El proyecto de la 'Unió de Bancs Catalans'

Recuperar cuota catalana con el permiso de La Caixa y establecer a cambio acuerdos que puedan favorecer la expansión de la entidad de ahorro en otros puntos de España es un elemento sustantivo de la gran alianza entre Emilio Botín, presidente del Santander, y Josep Vilarasau, director general de La Caixa.En esta línea, la compra del 1,5% de Banesto por parte de La Caixa ha sido vista por analistas financieros como el vértice incipiente de la gran alianza entre ambas entidades. La Caixa, por su parte, sin desmentir la existencia de un acuerdo amistoso con el banco, reconoce que en los "últimos tiempos han sido más regulares los contactos entre el presidente del Santander y el director general de La Caixa", señalan medios de la entidad de ahorro.

La saturación del mercado financiero catalán explica el escaso crecimiento promedio en los recursos ajenos de las entidades bancarias.

Agrupar filiales

Obligada en parte por esta coyuntura de mercado, La Caixa ha decidido aplazar la potenciación de su grupo bancario compuesto por las filiales Caixabanc, dirigida por Juan Llopart y el Banco de Europa, a cuyo frente se encuentra Carlos Ferrer Salat, presidente del Comité Olímpico Español.La entidad de ahorro ha registrado la marca Unió de Bancs Catalans inicialmente diseñada para convertirse en la cabecera bajo la que se articularían las fichas y redes de sus filiales bancarias. De momento La Caixa no aplicará a sus filiales una imagen corporativa única aunque sí avanza en la articulación de actividades y servicios comunes. El grupo financiero catalán tenía previsto la consolidación de 100 oficinas puramente bancarias al finalizar el ejercicio de 1995, pero en os últimos tiempos la entidad ha decidido no sobrepasar de momento la cifra de 50 oficinas en Caixabanc y a estas se añaden las sucursales rentables del Banco de Europa.

La idea de convertir en ficha a marca Unió de Bancs Catalans es consistente con el fortalecimiento de un espacio financiero en la región europea que forman el Rosellón, Cataluña, Andorra, Valencia y Baleares. La influencia de La Caixa en esta zona se ha reforzado en los últimos años con la adquisición de un banco en Mónaco, y con el control absoluto que ejerce la entidad en Crèdit Andorrà (primer banco del Principado).

En esta misma línea la reconversión de Andorra en plaza off-shore -el Gobierno pirenaico está elaborando una ley para desarrollar el paraíso fiscal- ha despertado un gran interés en el grupo financiero catalán. La Caixa trata de imponer su liderazgo en Andorra en dura competencia con los grandes grupos franceses con altas cuotas de mercado en aquella plaza como Crèdit Lyonnais y la BNP.

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