Gaddafi celebra aislado los 25 años de la revolución libia

Muammar el Gaddafi, líder de la revolución libia, transformó ayer Trípoli en un gigantesco recinto ferial para conmemorar el 250 aniversario de su llegada al poder, en una celebración que mezcló desafíos a Occidente con llamamientos a la unidad árabe. A pesar de la puesta en escena, fuentes diplomáticas hicieron notar el menor número de jefes de Estado extranjeros asistentes a los actos, inferior a los 16 que asistieron a la conmemoración de 1989.La capital libia aparecía adornada con luces intermitentes, globos y brillantes retratos de un sonriente Gaddafi, que a sus 27 años encabezó el golpe que acabó, el 1 de septiembre de 1969, con la monarquía del rey Idris. Ayer, con 52 años, presidió un desfile militar fianqueado por los presidentes de Argelia, Liamin Zerual, y Sudán, Omar Bechir, quienes junto con el chadiano Idris Déby y el secretario general de la Liga Árabe, Esmat Abdel Meguid, fueron los más notables de los invitados. El desfile terrestre y aéreo fue en cierta medida un fracaso, los alrededor de mil carros de combate eran viejos y hasta oxidados blindados de fabricación soviética y uno de ellos llegó incluso a averiarse ante la mismísima tribuna diplomática.

Grandes pancartas que aludían a la disputa libia con Occidente sobre el atentado de 1988 contra el jumbo que estalló en Lockerbie (Escocia) y costó 270 vidas decían: "No al bloqueo, sí al desafío". Con el desfile y la concentración de ayer, las autoridades pretendían "demostrar la fuerza material y moral" de los libios y su desprecio al embargo militar y aéreo de la ONU por aquél y otros atentados, atribuidos por Washington, París y Londres a agentes libios.

Entre los grandes ausentes se encontraban Siria e Irán, que ni siquiera enviaron un ministro, y Egipto, cuyo presidente medió en la crisis entre Trípoli y los occidentales a propósito de Lockerbie.