Alemania y Rusia se 'juramentan' en la despedida de las tropas rusas para que no se repita la historia
El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y el canciller de la República Federal de Alemania, él democristiano Helmut Kohl, cerraron ayer en Berlín un capítulo de la historia reciente de Europa en la ceremonia de la retirada de las últimas tropas rusas de suelo alemán. Kohl y Yeltsin coinciden en que han quedado sentadas las bases para una nueva relación entre las dos grandes potencias del continente europeo y se juramentan para que nunca más haya una guerra entre Alemania y Rusia. Ayer también terminó el plazo para la retirada de las tropas rusas de los Estados bálticos de Letonia y Estonia.
Hasta el cielo quiso contribuir al mayor esplendor de la ceremonia con un hermoso día soleado de fin de verano en Berlín. Durante más de ocho horas, Kohl y Yeltsin participaron en un sinfin de actos: honores militares, media docena. de discursos, desfiles, recuerdo a los caídos, concierto musical y banquete. Todo tuvo un tono solemne, porque los protagonistas eran plenamente conscientes, y así lo resaltaron varias veces en sus intervenciones, de que se trataba de un hito histórico.Esto quedó patente en las palabras no exentas de cierto patetismo de los diferentes discursos, que por momentos dieron la impresión de buscar un efecto catártico sobre el pasado. El de Yeltsin en el teatro fue un hermoso discurso de ajuste de cuentas con el nazismo, una apología a la participación y sacrificio de su país en la gran guerra patriótica, un punto final sobre la guerra fría y un canto de esperanza de cara al futuro.
Advirtió Yeltsin que los soldados rusos no permanecieron casi medio siglo "en suelo extranjero para esclavizar o conquistar, sino que tenía que llevarse a término la destrucción de la maquinaria de guerra del Tercer Reich". Y añadió: "Aquí en Berlín se arrancó la raíz venenosa de una desgracia sin parangón y se llevó el viento la ceniza de los planes monstruosos de Hitler".
Se felicitó Yeltsin por la reunificación alemana y aseguró que los soldados rusos regresan a su patria con la convicción de que "nunca desde el suelo alemán partirá una amenaza militar". Yeltsin se dirigió a Kohl en medio de su discurso con un "querido Helmut" y a lo largo de la jornada los dos dirigentes dieron muestras de su buena relación personal.
En su discurso del teatro, Yeltsin sólo citó a dos alemanes: al filósofo Kant y al canciller de hierro Bismarck, quien, el siglo pasado, hablaba de la conveniencia para Alemania de una Rusia estable y fuerte y la necesidad de amistad entre ambos países. Según Borís Yeltsin, ni la guerra fría ni el muro de Berlín consiguieron impedir las relaciones entre la Unión Soviética y las dos Alemanias antes, y entre Rusia y la Alemania unificada en la actualidad.
Yeltsin añadió que ha llegado la hora de acabar con la disputa de quién ganó la guerra fría y propuso que las relaciones futuras entre el Este y el Oeste se regulen en Europa con arreglo a los principios fijados por la Conferencia de Seguridad y Cooperación (CSCE), cuyas estructuras, dijo ' "disponen hoy día del potencial necesario para lograr una paz eterna".
Disciplina
El presidente ruso reconoció que no todo ha transcurrido a la perfección en el traslado de una tropa de medio millón de hombres, pero alabó la elevada disciplina y espíritu de sacrificio puestos de manifiesto por los soldados rusos. En uno de los primeros actos de la mañana, Maté Burlakov, comandante supremo de las tropas rusas en Alemania que probablemente ocupará un viceministerio de Defensa, dijo que "el estado moral del personal es sano".En su discurso más importante, Kohl destacó la construcción de 45.000 viviendas para los soldados rusos que retornan y los cursos de capacitación profesional financiados por Alemania. Al evocar el pasado, Kohl atribuyó al pacto entre Hitler y Stalin la culpa de levantar la última barrera que desencadenó la guerra.
No dudó el canciller Helmut Kohl en referirse a las cuentas entre los dos países cuando dijo: "Nos inclinamos ante los millones de muertos que esa guerra horrible causó a su país. No queremos, ni debemos olvidar esto, pero tampoco debemos olvidar lo que después los rusos inflingieron a los alemanes. No se trata de reprimirlo, ni de pedir cuentas de ello, pero queremos aprender la lección".
Después pasó Kohl revista a lo sufrido por Alemania en la posguerra, pero reconoció y aseguró que "recordaremos siempre con gratitud" el papel representado por la entonces Unión Soviética en los días de la unificación alemana. La base para las relaciones futuras entre los dos países viene fijada, según Kohl, por los recientes acuerdos de Asociación para la Paz con la OTAN y la cooperación con la Unión Europea.
Como tareas más urgentes de cooperación futura mencionó Kohl la defensa del medio ambiente y la lucha contra la criminalidad que salta las fronteras y la proliferación de armas de aniquilación masiva.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.