Madrid se prepara para la 'olimpiada del dinero'
Los funcionarios del Ministerio de Economía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) tienen un mes escaso para plantar en tres edificios del Campo de las Naciones 13.000 sillas, 2.400 mesas, 2.000 teléfonos y 450 ordenadores. El 3 de octubre debe estar todo en su sitio para que los 13.000 asistentes de 178 países a la Asamblea Anual Conjunta del FMI y el Banco Mundial discutan en Madrid el futuro de la economía mundial y ofrezcan sus perspectivas para el año próximo. Durante una semana Madrid acogerá a los ministros de Economía y gobernadores de bancos centrales de los países participantes, algunos primeros ministros y a buena parte de los más importantes magnates del planeta. Se cumple, además el medio siglo de existencia de esos dos organismos internacionales. La capital vive ya los preparativos para las olimpiadas del dinero: los encargados de la Seguridad del Estado diseñan los dispositivos de control, Campo de la Naciones ultima algunos arreglos y los grandes bancos preparan sus fiestas.
PASA A LA PÁGINA 3
La Asamblea del Banco Mundial copa los hoteles de lujo y las limusinas de Madrid
VIENE DE LA PÁGINA 1
El organismo español encargado de organizar las infraestructuras necesarias para esta cita (Madrid 94, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda) ocupa desde hace unos meses un ala del Palacio de Congresos de Madrid. Otra zona de ese edificio acoge a los integrantes de la Secretaría Conjunta (Joint Secretariat) del FMI y el Banco Mundial. Esas personas son los sumos sacerdotes y pasean con un catecismo (un libro negro y gordo) bajo el brazo en el que constan todas las necesidades litúrgicas de la reunión: el número de mesas que se necesitan y sus características, cuántas cabinas de radio, máquinas de escribir, grapadoras, etcétera.
Con ese catecismo aterrizan cada tres años -normalmente se celebra la reunión en Washington, la capital de EE UU- en una ciudad del mundo; las últimas fueron Berlín y Bangkok. No se improvisa nada, aunque sí admiten ligeras variantes. Por ejemplo, los españoles se han atrevido a aumentar el número de cabinas de radio porque las que establecía el catecismo les parecieron insuficientes.
Todo de alquiler
Todo el material (desde las mamparas para separar despachos a las máquinas de reprografía, con capacidad para 50.000 copias a la hora) es alquilado. La Secretaría Conjunta únicamente trae a Madrid su propio sistema de impresión de acreditaciones y algunos ordenadores.
El edificio anexo al Palacio de Congresos (conocido como Bofill II) albergará en unos 500 despachos a las delegaciones de los países participantes y en la sala de prensa (con unos 300 puestos de trabajo, estudios de televisión y radio, y espacios reservados a las agencias de noticias más importantes) a unos 2.000 periodistas. Cada delegación abona el alquiler de sus despachos.
Un edificio de Ferrovial (donde se han alquilado tres plantas) completa la infraestructura con 300 oficinas para acoger a los funcionarios del FMI y el Banco Mundial.
Pero ninguno de esos espacios es suficiente para acoger en la ceremonia inaugural a 3.000 personas, de modo que el rey Juan Carlos tendrá que dar el toque de salida en un pabellón de la Feria de Madrid. Hasta entonces (la asamblea comienza el 3 de octubre, pero previamente se celebran conferencias y reuniones) los operarios se afanarán con taladros y carretillas para terminar a tiempo. Falta, por ejemplo, colocar toda la señalización en el interior de los edificios y algo que levantará alguna que otra ampolla: las zonas para fumadores. Los desplazamientos de los asistentes desde sus hoteles (es prácticamente imposible conseguir una habitación en los de cuatro y cinco estrellas para esa semana) se cubrirán con 200 coches cedidos por Chrysler o alquilados a Citroën y 50 autobuses y microbuses. Además, la agencia de viajes oficial (Wagon Lits) tiene reservados 150. coches de lujo con chófer.
Las limusinas existentes en Madrid (dos modelo americano con salón) no han cubierto la demanda y se traerán también de Sevilla, Alicante y Barcelona. Wagon Lits organiza también las excursiones a museos y alrededores de Madrid para los acompañantes y viajes a otros lugares de España para los que quieran aprovechar la estancia para conocer Andalucía, Cataluña o Galicia. En la agencia de viajes explican que de momento hay unas 1.000 reservas para visitar otras ciudades españolas.
El Campo de la Naciones se convertirá durante esa semana en una pequeña Babel. Los traductores vertirán los discursos y reuniones a ocho idiomas: árabe, castellano, francés, inglés, ruso, chino, alemán y japonés, aunque sólo los cinco primeros son oficiales. Para la traducción simultánea se alquilarán cascos inalámbricos por infrarrojos.
Para saciar el apetito de los asistentes el triángulo formado por los edificios sede de la asamblea cuenta con tres restaurantes y un autoservicio, además de bares para pequeños refrigerios casi en cada pasillo. Además, los dos hoteles vecinos y los recintos feriales suman otros seis comedores. -
Y para que los ejecutivos más poderosos del mundo no echen en falta el deporte, los organizadores ofrecerán la posibilidad de jugar al golf en alguno de los campos de Madrid y a tenis en el club de Chamartín.
Un banco oficial. (el Exterior de España) y un estanco completan, los servicios que se instalarán en el edificio principal. El BEX tendrá que llevarse muchos kilos de billetes al Palacio de Congresos: además de cambiar divisas de distintos países, deben abonar los sueldos de los funcionarios del FMI y el Banco Mundial.
Los organizadores españoles no han ofrecido datos sobre el coste de todo el montaje. El gerente del Campo de las Naciones, Pablo Población, señala que ingresará 500 millones por el alquiler de dos edificios. Por su parte, ultima la urbanización de la zona y da los últimos toques de jardinería. "Cueste lo que cueste, Madrid lo recupera con la estancia de tanta gente, y, por supuesto, en imagen", afirma. "Calculo que los asistentes dejarán unos 4.000 millones en esos días", añade.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.