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Los visionarios de El Escorial poseen 500 millones en bienes terrenales

Vicente G. Olaya

La Fundación Benéfica Virgen de los Dolores, entidad que engloba a las personas que creen que la Virgen se aparece cada primer sábado de mes en una finca de El Escorial, ha logrado acumular, en pocos años, un mínimo de 18 propiedades urbanas. Entre los bienes de los virginianos, como se les conoce popularmente, se cuentan chalés, residencias, parcelas y plazas de garaje. Prácticamente la totalidad de las posesiones de esta entidad benéfica se concentran en El Escorial y San Lorenzo.Entre los bienes inscritos en el Registro de la Propiedad destaca una finca en las afueras de El Escorial, llamada La Magdalena. En ella, se dice, vive Amparo Cuevas, la vidente a la que se aparece la Virgen. Cuevas no ha sido vista en público desde hace años. Se dirige a su seguidores a través de una cinta magnetofónica. Antes de tener las primeras visiones, Amparo trabajaba como asistenta en la casa de Miguel Martínez, actual presidente de la fundación benéfica y afinador de pianos.

El alcalde, Mariano Rodríguez, del PSOE, calcula que los virginianos "podrían ser dueños también de una librería, una carnicería, una cafetería y bajos comerciales". Y añade que acuden a subastas públicas. PASA A LA PÁGINA 2

Los 'virginianos' controlan chalés, comercios, naves industriales, parcelas y residencias

VIENE DE LA PÁGINA 1En La Magdalena, su joya más preciada, viven también un número indeterminado de ancianos. La fundación asegura que se utiliza como residencia para la tercera edad. Sin embargo, el Ayuntamiento ha decretado su cierre porque carece de licencia.

El primer teniente de alcalde de El Escorial (8.090 habitantes), Antonio Rodríguez, recuerda cómo comenzó todo. "En 1981, una empleada de hogar, Amparo Cuevas, dijo haber visto a la Virgen en una nave industrial del municipio de San Lorenzo [9.530 habitantes]. Como el negocio no iba en auge, buscó un sitio más llamativo: la dehesa del Monasterio de El Escorial. Patrimonio Nacional la echó. La vidente se trasladó a nuestro pueblo".

Desde entonces, miles de personas acuden cada primer sábado de res a escuchar las palabras que la Virgen supuestamente les dirige en la finca de Prado Nuevo. Amparo Cuevas hace años que no va para no ser molestada. Sus mensajes grabados suelen augurar la inminencia de milagros: "Una vez les dijo que mirasen al Sol fijamente para verlos. Tuvimos que tratar a 15 personas con quemaduras en los ojos", dicen en Protección Civil.

Antonio Rodríguez recuerda que, en 1981, los virginianos no tenían propiedades. "Sin embargo, la llegada de seguidores les permitió acumular grandes cantidades de dinero. El edil sospecha que también existe una relación entre la fundación y diversos locales comerciales. "Creemos que ya no los registran a su nombre", dice.

El alcalde, Mariano Rodríguez, añade: "Además de esas propiedades, son dueños de un convento en la localidad burgalesa de Peñaranda de Duero". Pero las sospechas municipales van más allá: "Los virginianos ramifican sus bienes entre la Asociación Internacional de Amigos de Prado Nuevo, la Asociación de Seglares Reparadores y dos entidades vocacionales y de matrimonios. Se trata de un entramado de entidades canónicas y civiles difícil de desenmarañar".

El Ayuntamiento ha descubierto también que una nave industrial situada frente a Prado Nuevo ha cambiado de uso. "Era una central lechera que el consistorio ayudó a construir", asegura el edil. Curiosamente, la empresa láctea ha, desaparecido. "No encontramos a sus responsables", comentan. En el lugar que ocupaba el nombre de la empresa, ahora se lee: "Ave María".

Negocios pacíficos

José Luis Martín, concejal del PP, opina de otra manera: "Ellos abren su negocios pacíficamente. Hay pueblos que estarían dispuestos a tener un movimiento como éste". Martín da el siguiente ejemplo: "Hasta su llegada, aquí sólo había una frutería. Su dueño manejaba grandes márgenes comerciales. Cuando la fundación abrió su negocio de frutas, el tendero bajó los precios a la mitad".

El Ayuntamiento sospecha también que los virginianos intentan colonizar el pueblo. Antonio Rodríguez recuerda que el presidente de la fundación, Miguel Martínez, les amenazó con censar masivamente a sus feligreses. Rodríguez pone como ejemplo que hasta 40 personas han intentado empadronarse en una sola vivienda.

El alcalde recuerda que los virginianos han intentado ser eximidos del impuesto para vehículos. "Decían que eran una entidad. religiosa", relata. Rodríguez añade: "Estamos viviendo una situación en la que quizás no cabe el enriquecimiento personal, pero sí el ingreso de cantidades ingentes de dinero que instrumentaliza este movimiento".

Por su parte, ningún responsable de esta fundación ha respondido a las llamadas y visitas que, desde hace una semana, este periódico ha efectuado para obtener su versión.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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