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Los Gobiernos de Rabat y Argel tratan de desactivar el conflicto desatado por 'la guerra de la frontera'

Los Gobiernos de Argelia y Marruecos parecen decididos a desactivar el conflicto bilateral -la guerra de la frontera- surgido el pasado fin de semana cuando Rabat impuso unilateralmente a todos los ciudadanos argelinos la obligación de tramitar un visado para acceder a su territorio. Argel, en respuesta, decidió, además de exigir el visado, cerrar la frontera terrestre común. El Frente Islámico de Salvación argelino (FIS) ha puesto en guardia a Marruecos "contra el mal trato" dado a sus compatriotas argelinos y hace responsables de su seguridad a las autoridades marroquíes.

"A título personal preveo que a lo largo de esta semana el conflicto bilateral surgido entre Argel y Rabat quedará zanjado y las relaciones normalizadas", aseguraba ayer un portavoz de la Embajada argelina en la capital marroquí, en un intento de desdramatizar la situación y reanimar los contactos bilaterales. Pero el portavoz se mostró indeciso a la hora de matizar si esa "normalización" signicaría la anulación de las medidas fronterizas y aduaneras adoptadas por los dos gobiernos. El mismo portavoz reconocía que el conflicto no es nuevo ni ha estallado por sorpresa, ya que las relaciones bilaterales entre Argel y Rabat se encuentran desde hace bastantes meses bajo mínimos, como lo demuestra el hecho que desde el pasado mes de febrero no existe embajador argelino en la delegación de Rabat."A pesar de esta crisis, las relaciones bilaterales deben restablecerse, los intereses económicos que desde hace años existen entre ambos países son demasiado importantes como para que queden anulados o queden entorpecidos por un conflicto político", afirmaba el mismo portavoz aludiendo sin duda a los tratados comerciales comunes y sobre todo a la construcción del gasoducto transmagrebí, que debe llevar el gas licuado desde los yacimientos argelinos hasta España, pasando por Marruecos y cruzando el estrecho de Gibraltar.

La preocupación más importante para la Embajada y el Consulado de Argelia en Rabat es la de resolver los problemas humanitarios creados a centenares de conciudadanos atrapados en los puestos fronterizos.

En los últimos días, un total de 6.000 argelinos no residentes en Marruecos han podido volver a su país, a pesar del cierre fronterizo, que ha tenido también como consecuencia la caída de los precios en las localidades marroquíes que viven del comercio fronterizo y un descenso notable del cambio de la moneda argelina respecto a la moneda marroquí.

Pero hay una serie de casos complejos como los de argelinos que viven en Marruecos y que estaban tramitando su residencia, a quienes se les ha prohibido la entrada en el reino alauita. En este último apartado se encuentra el escritor Rachid Minumi, quien desde hace varios meses reside en Tánger, donde se refugió después de haber recibido reiteradas amenazas de muerte de los integristas argelinos. Mimuni, que se encontraba de vacaciones en Francia, no pudo desembarcar en el aeropuerto de la ciudad de Tánger, porque las autoridades marroquíes le reclamaban la carta de residencia o el visado. "Queda descartada la ruptura de relaciones diplomáticas entre Argel y Rabat", decía ayer el periódico argelino Liberté en primera página en el que calificaba de "hermanos" a los dos países. Por su parte Marruecos ha flexibilizado en las últimas horas algunas de las medidas y ha permitido el acceso por su territorio de ciudadanos europeos de origen argelino, lo que les ha permitido volver a sus casas.

En pleno conflicto, el embajador de España en Argel, Javier Jiménez Ugarte, dijo que se había dado orden al Consulado de Orán para que se acogieran y agilizaran los trámites de los ciudadanos de origen argelino residentes en Europa que traten de volver a sus lugares de residencia por vía marítima eludiendo el paso por Marruecos. De acuerdo con estas directrices, las compañías navieras que operan en la zona han sido reforzadas y tratan de aumentar el número de sus viajes.

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El ilegal Frente Islámico de Salvación (FIS) argelino también se ha sumado al conflicto entre Argel y Rabat. Ayer uno de sus líderes, Abdelbaki Sahraui, imam de la mezquita parisina de la avenida Myrrha, emitió un comunicado en el que hace una advertencia al Gobierno marroquí. "El FIS y los muyahidin [luchadores] hacen responsables a las autoridades marroquíes de la seguridad de la comunidad argelina residente en su país y les ponen en guardia contra los malos tratos que puedan sufrir", informa France Presse.

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