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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Ruanda política

LA MAGNITUD de la tragedia humana que vive Ruanda ha dejado en segundo plano el aspecto político del conflicto en cuyo marco ha germinado. El de la guerra civil entre el Gobierno, dominado por los hutus, y el Frente Patriótico Ruandés (FPR), que representa sobre todo a la etnia tutsi. Esa guerra civil es consecuencia de un largo periodo de dominación de los hutus, quienes, con la ayuda militar de Francia, han sometido a la población tutsi a una constante discriminación.Ante el avance del FPR. en dirección a la capital, Kigali, el Gobierno creé, al lado del ejército nacional, unos grupos armados irregulares que han sido los principales culpables de las matanzas: y no sólo de los tutsis, sino también de una gran masa de hutus considerados poco fieles al poder. Surgió así un ambiente de pánico (alimentado por las emisoras de radio del Gobierno), primero respecto a los tutsis, por las salvajadas que cometían en su avance hacia la capital, y también a los grupos armados irregulares.

En este clima, el Gobierno hutu, obligado a abandonar la capital, se dedicó a fomentar por todos los medios una huida de reminiscencias bíblicas de la población hacia Zaire. Lejos de salvar vidas, esa emigración ha tenido efectos exactamente contrarios. La acumulación en Goma de una multitud tan. gigantesca ha agravado una situación que ya era desesperada. El número de muertos supera todos los casos anteriores en aglomeraciones humanas comparables.

Hoy, en Ruanda existe un Gobierno en el que el finalmente victorioso FPR ejerce un control indiscutible. Sin embargo, la presidencia y otros cargos importantes son ocupados por hutus moderados. Ello refleja la voluntad del FPR de lograr una reconciliación, rompiendo la cadena de matanzas de los últimos tiempos. Por tanto, la única salida para escapar a los horrores que sufren los refugiados en Zaire es que regresen a sus casas, confiando en que lo harán sin sufrir represalias. El hombre fuerte del FPR, Paul Kagamé, ha dado garantías serias en ese sentido. Pero las emisoras de radio del antiguo Gobierno hutu persisten desde Zaire en su campaña para impedir que los refugiados vuelvan a Ruanda.

La operación militar francesa, si bien su primer objetivo era salvar al Gobierno hutu (en lo cual su fracaso fue total), ha tenido efectos beneficiosos en el plan humanitario, al crear una zona protegida. En la situación presente, la retirada de los franceses no puede realizarse de forma unilateral: debe hacerse en coordinación con las tropas de la ONU que deben llegar a Ruanda, sin dejar abandonadas a las personas que se han acogido a la zona de protección francesa.

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