Guerra de desgaste

Los islámicos argelinos son como una hidra de varias cabezas. Y, peor aún, tienen cabezas de muchas caras. Cada jefe que se cree investido de cierta autoridad se presenta, según el momento, como un moderado o como un radical, en función de las circunstancias. (...)Aquellos que, como Rabah Kebir, presidente del comité ejecutivo del Frente Islámico de Salvación (FIS) en el exterior, pasan por estar abiertos al diálogo rechazan condenar el asesinato de los súbditos extranjeros en Argelia. Los que, como Anouar Haddam, presidente de la delegación parlamentaria del FIS, se han alineado en el ala radical se declaran contrarios a la matanza de inocentes. (...)

Ahora que la lucha entre el poder y los "locos de Dios" toma un cariz más implacable, cada cual en el campo islámico busca situarse de la mejor manera posible para recoger los frutos llegado el momento. Ya que se trata de una lucha por el poder, y no de una cruzada. ideológica, como las apariencias quieren hacer pensar. Por ahora, todas estas intrigas, estos desvíos y estos saltos adelante sirven a los propósitos de aquellos que en Argel, e incluso en París, afirman que la familia islámica está demasiado dispersa como para que sea posible encontrar interlocutores válidos. (...) Habrá que poner término, un día u otro, a lo que parece una verdadera guerra. Y, está claro, es con quienes la han dirigido con los que habrá que resignarse a tratar.

9 de agosto