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El cura De Castro, en huelga de hambre por la libertad de un ex recluso rehabilitado

El fundador de la Coordinadora de Barrios de Madrid y de Traperos de Emaús, el sacerdote Enrique de Castro, inició ayer una huelga de hambre ante la Audiencia de Lérida para reclamar la liberación del gerente de esta última asociación -dedicada a la rehabilitación social de jóvenes-, Pedro Risa, quien desde primeros de agosto se encuentra en la cárcel para cumplir una antigua sentencia de un año y medio de prisión. El abogado defensor de Pedro Risa presentó ayer un recurso de súplica ante la Audiencia de Lérida para pedir su libertad y la suspensión de la ejecución de la sentencia.Los antecedentes se remontan a 1986, cuando Pedro Risa, de 31 años, estaba cumpliendo una condena de siete años en la cárcel de Lérida y fue sentenciado a otra pena de un año y medio por haber agredido a dos funcionarios de la prisión. Se recurrió contra la segunda sentencia ante el Tribunal Supremo. Cuando en 1989 Risa abandonó el penal entró en contacto con la Coordinadora de Barrios de Madrid y, poco después, con la asociación Traperos de Emaús. La rehabilitación de Pedro Risa fue rápida y en poco tiempo pasó a coordinar la asociación, formó una familia estable e incluso tuvo un hijo.

En 1993 el Supremo resolvió desestimar el recurso pero Pedro Risa no recibió notificación alguna al haber cambiado de domicilio. A lo largo de estos años, Risa se había interesado en varias ocasiones por si había algún asunto pendiente en los juzgados de Madrid de la etapa anterior a su rehabilitación.

Un pequeño accidente de circulación ocurrido el 2 de agosto tuvo la culpa de que la Guardia Civil descubriera la orden de busca y captura contra Pedro Risa. Los agentes, en una actuación rutinaria, comprobaron los datos de los implicados en el accidente y descubrieron en el ordenador que el gerente de Traperos de Emaús tenía una cuenta pendiente con la ley. Los mismos agentes le detuvieron y lo trasladaron a Lérida, donde el juez dictó orden de prisión.

Risa se halla en estos momentos en la prisión de Can Brians (Baix Llobregat), y aunque pronto podría ser clasificado en tercer grado (de modo que se le permitiría salir todos los días y sólo ir a la cárcel para pernoctar) sus compañeros de Traperos de Emaús no piensan abandonar las protestas, ni De Castro la huelga de hambre, hasta que sea indultado.

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