_
_
_
_
Reportaje:

María Félix cuenta "toda su verdad"

Enrique Krauze escribe en cuatro tomos la autobiografía de la actriz mexicana

Con la aparición de la autobiografía de María de los Ángeles Félix, la reconocida actriz mexicana de los años cuarenta y cincuenta inicia un revival. Desde siempre, la propia María había declarado que sólo ella podría describirse, que no habría biógrafo ni periodista osado que pudiera despojarla de su vida privada y de sus secretos. Tuvieron que pasar varias décadas desde la génesis del mito para que el historiador Enrique Krauze fuera el afortunado en escuchar la verdad de María. Lo único que le pidió ésta al investigador fue que se olvidara de documentos y papeles.

"Si yo conviniera en que usted escribiese mi biografía, tendría que ser exclusivamente con mis recuerdos, con mi sesera. Créame, no necesitamos más", le dijo a Krauze. Y así sucedió. Después del primer intento de Krauze por investigar sobre un relato de María, se dio cuenta de que, una vez más, La Doña había salido victoriosa. Y que "su verdad y la verdad son una sola". La presentación del primero de los cuatro tomos que conforman la autobiografía María Félix. Todas mis guerras, producidos por la editorial Clío, que dirige el mismo Krauze, ha sido el plato fuerte de estos primeros días de agosto en México.Elaborados en Singapur, cada tomo es ilustrado con fotografías de la colección del hijo de María, Enrique Álvarez Félix, y muchas de esas imágenes son inéditas.

"¿Ya viste qué guapa era María Félix desde pequeña?", se cuentan entre sí las admiradoras de María Bonita. "Yo no sabía que María se había enamorado de su hermano", se cuentan unos a otros sus admiradores. La historia se remonta a su temprana edad. En los recuerdos de María se adivina la emoción al pasear a caballo abrazada a su hermano Pablo. Al embelesarse con su voz mientras tocaba la guitarra. Al sentirse orgullosa de compartir con su hermano el mismo lunar en la mejilla. "El perfume del incesto no lo tiene otro amor", le confesó entonces La Doña a Krauze. Y le contó su desventura.

Su relación con Pablo era tan estrecha que su madre adivinó una tragedia y decidió cortar por lo sano: persuadió a su esposo para que enviaran a su hijo al colegio militar. María sufrió y lloró por mucho tiempo, pero aún más, cuatro meses después, cuando le llegó la noticia de la muerte de Pablo. La versión oficial fue que se trató de un suicidio. Pero la verdad de María es que alguien lo mató por la espalda.

Ésta es la verdad de María de los Ángeles Félix Güereña, la que nació y vivió su infancia en Álamos, Sonora, bajo la estricta disciplina de su padre hacia ella y sus 11 hermanos.

El ingreso de María en el cine tuvo sus bemoles. Uno de ellos fue que tuvo que cambiar su nombre. "Querían que me llamara Diana del Mar. Ni loca, les dije, yo no me pongo un nombre tan cursi. Luego me propusieron otro peor: Marcia Maris. Me negué rotundamente a llevar seudónimo". Finalmente, sólo le quitaron de los Ángeles para llamarla como se la conoce: María Félix.

El cine mexicano que le tocó vivir a María Félix era difícil. "Tuve la inmensa fortuna de que me rodeara gente muy talentosa, muy brillante: eso me ayudó a contrarrestar las dificultades". La primera película que María recuerda es la que rodara con Fernando de Fuentes. No olvida cuando fue invitada a una comida, en donde no conocía a mucha gente, y de pronto alguien se levantó a su llegada y gritó: "¡Aquí está mi doña Bárbara!". Habría de enterarse después de que se trataba del mismo Rómulo Gallegos, quien la había ya seleccionado para protagonizar su novela llevada al cine.

Fue en esta época también cuando María conoció a su idolo desde la infancia, al compositor conocido como El Flaco de Oro. Lo primero que pensó María cuando tuvo frente a sí a Agustín Lara fue: "Me lo voy a conquistar esta noche". Y así sucedió. La relación María Félix-Agustín Lara fue la comidilla de la época. "Toda la gente lo veía feo", cuenta María. "Pero en la intimidad le ganaba a cualquiera". Y aunque los periodistas de entonces afirmaban que María andaba con él por conveniencia, ella aseguraba que "en ese momento yo iba para arriba y él para abajo, de modo que fui yo quien le dio un levantón".

Una vida dedicada a Lara, que le escribió aquella canción inolvidable para muchos: María bonita. Pero la pareja no se consolidó. Después de varias escenas de celos, en las filmaciones de María con Emilio, El Indio Fernández y Gabriel Figueroa, la pareja se disolvió después de un intento de homicidio de Agustín hacia María. Ella decidió aceptar la oferta de Cesáreo González para hacer varias películas en España, y así fue como se lanzó a conquistar Europa. Éstas y otras muchas cosas cuenta La Doña en de su autobiografía.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_