Paris pide a Londres, Bonn y Washington que controlen a los dirigentes del FIS
El ministro francés de Interior, Charles Pasqua, afirmó ayer que su Gobierno pedirá por vía diplomática a Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido que los dirigentes del FIS (Frente Islámico de Salvación) argelino que viven en estos países sean neutralizados ayer llegaron a París los cuerpos de las cinco víctimas del atentado de la víspera en el complejo Aïn Alá de Argel. El primer ministro, Édouard Balladur, y el ministro de Defensa, François Léotard, asistirán hoy a una ceremonia religiosa en memoria de los fallecidos.
Pasqua aseguró que "en varios países, sea nuestros vecinos alemanes, o los Estados Unidos, hay dirigentes del FIS que han apoyado los atentados, o por lo menos no los han rechazado". El ministro recordó que en cambio, su Gobierno ha llevado a cabo operaciones para "desmantelar organizaciones que consideramos vinculadas al terrorismo", y citó al respecto la Fraternidad argelina en Francia, vinculada al FIS, y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).El propio Pasqua anunció ayer que siete militantes islamistas que vivían en Francia sujetos a residencia vigilada han sido reagrupados en la localidad de Folembrey, al norte del país, donde han sido sometidos a arresto domiciliario. Entre los trasladados se encuentra Dfajar el Hoauri, presidente, de la Fraternidad argelina.
En un comunicado enviado ayer desde Alemania a EL PAÍS, Rabah Kebir, representante del FIS en el exilio, asegura que su movimiento "no está en contra de los extranjeros", pero que Francia "debe permanecer neutral ante el problema argelino". Kebir acusa a París de apoyar "la dictadura militar" en su país y de "negar así la elección democrática" del pueblo argelino.
En respuesta a la demanda de París, un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán declaró ayer que Kebir ha pedido asilo político en Alemania y que su solicitud está en curso, por lo que o será expulsado del país. Sin embargo, el mismo portavoz aseguró que Kebir tiene prohibida "toda actividad política" y que las autoridades alemanas le sancionarán si viola este requisito.
Mientras, en Argel, donde ningún grupo se había atribuido anoche el atentado de la víspera, el complejo de Aïn Alá, donde se produjo la agresión y donde residía gran parte de la colonia francesa, se quedó ayer casi desierto. Sus últimos residentes, unas cuarenta personas, han sido trasladados al parque de la Embajada francesa en la capital, que cuenta con sofisticadas medidas de seguridad.
Otros países occidentales también toman nuevas medidas de precaución para sus residentes en Argelia. El Gobierno holandés anunció ayer que iba a cerrar temporalmente su Embajada en el país mabrebí, mientras el Gobierno de Roma está preparando un plan de evacuación para los 549 ciudadanos italianos que se encuentran aún en Argelia. Asimismo Bélgica recomendó ayer a sus ciudadanos que abandonen el país.
Al mismo tiempo, varios gobiernos lanzaron llamamientos a las autoridades de Argel para que tomen medidas políticas para intentar resolver la crisis. Es caso, entre otros, de España y Estados Unidos. El ministro español de Exteriores, Javier Solana, aseguró ayer que el Gobierno de Argel debería "hacer un esfuerzo de negociación con aquellos sectores no violentos, que no están apoyando el terrorismo, para intentar desbloquear la situación política". El secretario Estado adjunto de EE UU, Robert Pelletreau, declaró ayer a una radio de Beirut, que el atentado del miércoles "refuerza nuestra preocupación en cuanto a la necesidad para el Gobierno [argelino] de tomar medidas que amplíen el diálogo político".
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