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Tribuna:OPERACIÓN 'FONDOS RESERVADOS' ROLDÁN, NI VIVO NI MUERTO / 4
Tribuna
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Primer descenso a las cloacas

Tras los disparos, la pareja retrocedió sin dar la espalda a los pobladores de la tasca mientras abarcaban todas las direcciones del ámbito con la punta de sus pistolas. Los parroquianos no cumplieron ninguno de los modelos de conducta propuestos por el cine y por la televisión; es decir, ni se tiraron al suelo ni se lanzaron sobre los agresores, ninguna mujer se abrazó a su marido mientras gritaba histéricamente. Carvalho no sólo comprobé lo superficial de la influencia del cine y la televisión sobré la conducta en situaciones excepcionales, sino también que el instinto de supervivencia, había provocado una esquizofrenia general y todos parecían estar sin estar, como si nada de lo ocurrido hubiera ocurrido. Sólo cuando los asesinos salieron sin perder el paso y Carvalho se hubiera inclinado, para comprobar la vida o la muerte de Guijuelo, alguien le preguntó tímidamente:-¿Verdad que ha sido con una 9 milímetros Parabellum?

Guijuelo aún estaba algo vivo. Había abierto los ojos y poco a poco reconoció a Carvalho.

-¡Han sido ellos ... ! ¡Los cerdos ibéricos!

-¿Los patas negras?

Guijuelo negó con la cabeza, pero Carvalho lo perdió de vista porque le habían doblado los brazos, obligado a ponerse en pie, tenía ante los ojos un extraño carné y se sintió atenazado por musculaturas más jóvenes que la suya.

-Tranquilo, huelebraguetas... tranquilo...

Le susurró una voz de tenor dramático al oído, y apenas si tuvo tiempo de ver la calle, porque entre la puerta de la tasca y el coche que le esperaba, un pañuelo se aplicó a su nariz y recordó su infancia, concretamente la anestesia de cloroformo, la operación de apendicitis y a su madre diciéndole: "Cuando te despiertes te tendré preparado un bocadillo de fuet". Cuando se despertó estaba sentado en una silla metálica, su madre no estaba, ni el bocadillo, pero sí un hombretón calvo más añejo que los otros tres hombretones que le rodeaban.

-Bien venido a las cloacas. Diez años atrás hubiera contestado algo gracioso, pero el olor a cloroformo le sabía a muerto, y aquellos tipos le inspiraban alarma. El hombrón calvo tenía cultura, don de palabra y tal vez de gentes.

-Las cloacas del Gobierno, del Estado, del sistema... ¿no es así como definen a estos lugares los intelectuales críticos?

-Allá ellos.

-Sin máscaras, Carvalho. Aquí se sabe todo. Le pusieron en pie por detrás y se vio suavemente empujado para seguir al jefe, mientras a sus espaldas se situaban los otros figurantes. El jefe caminaba con poderío y le hablaba sin darle la cara. Recorrían un ancho pasillo subterráneo jalonado por despachitos acristalados y cerrados dentro del que se movían burócratas convencionales bajo luces de neón, algunos pendientes de los ruidos y objetos que a través le cañerías venían del piso superior.

-Las cañerías de las cloacas. Cada despacho recibe información confidencial de los centros de poder de este país... Acabamos de pasar por uno de los dedicados al Ministerio del Interior.

-¿Lo sabe el ministro?

-Después de lo de Roldán )refieren no saberlo.

-¿Y antes? -Lo sabían, pero no se enteraban de nada. Barrionuevo, Corcuera ... una delicia de ministros. "Ustedes no se sientan coartados. A pesar de que somos socialistas, creemos que cualquier procedimiento es bueno para defender la democracia y...", en fin. Corcuera era muy fetén el tío. Cuando alguien hablaba algo relacionado con fondos reservados se llevaba los deditos a las orejas y se echaba a reír: "Yo no me quiero enterar, ¿eh? Yo no me quiero enterar... ". Ni aunque hubiera querido. Aquí hay otra lógica. Está usted en el planeta de los fondos reservados.

Desembocaron en un despacho nada acristalado, al contrario, parecía un bunker sellado cuando se cerró la gruesa puerta a sus espaldas y el jefe le dio la cara para decirle.

-¿Está usted seguro de que Roldán ha existido alguna vez? -Si se pone en un tono confidencial, ¿no le parece una horterada mantener a estos cuatro gorilas a mis espaldas? -¿Qué gorilas? Carvalho se volvió. Los gorilas habían desaparecido. El jefe, en cambio, sonreía y le tendía la mano.

-El teniente coronel... vamos a dejarlo en- Cigales...

Aquel tío o era un buen bebedor de claretes o era de Valladolid y tenía don de gentes.

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