Leguina acaba con la autogestión del Consejo de la Juventud para evitar nuevos escándalos
No más escándalos. El Gobierno de Joaquín Leguina ha decidido vigilar de cerca la gestión del Consejo de la Juventud, entidad de derecho público dirigida por representantes de las ramas juveniles de IU, PP y PSOE en Madrid, para impedir la aparición de nuevas corruptelas. El Consejo de la Juventud despilfarró en 1992 los 22 millones de pesetas que recibió como subvención de la Comunidad, según una auditoria conocida en mayo. A partir de ahora, las cuentas del organismo juvenil se incluirán en el presupuesto regional y se someterán al control parlamentario.
Tras conocer la auditoria que destapó el escándalo, Leguina sacó una conclusión: "Esto demuestra que la sociedad civil tampoco es perfecta". La Consejería de Hacienda, para evitar nuevas irregularidades, ha decidido someter al Consejo de la Juventud, creado por ley en diciembre de 1986, a la disciplina de los presupuestos regionales de 1995. Así, las cuentas del organismo tendrán que ser supervisadas previamente por el ejecutivo regional.El decreto aprobado obligará al Consejo de la Juventud a cumplir con todos los controles presupuestarios que exige la administración pública. Además, el organismo, que hasta ahora gozaba de una gestión autónoma e independiente de la administración regional, deberá explicar sus cuentas a los diputados del parlamento madrileño.
Con estas cautelas administrativas, los dirigentes regionales esperan, eliminar prácticas como las que ocasionaron el escándalo en el Consejo de la Juventud. En mayo de 1992, los gestores del organismo dejaron de abonar a Hacienda las retenciones de sus siete empleados. El último trimestre del ejercicio también se olvidaron de pagar las cotizaciones de la Seguridad Social. Gastaron más en comidas y fotocopias que en actividades y, en algún caso, llegaron a comprar con dinero público regalos privados para trabajadores del Consejo. Los destinatarios devolvieron, un año despues, el dinero empleado en sus regalos. Las cuentas, al final de aquel controvertido ejercicio, no cuadraron. Los gestores del Consejo, presidido por el socialista Ignacio, López, gastaron 11 millones más de lo ingresado en 1992.
El grupo popular también ha presentado una proposición de Ley para modificar las reglas del juego dentro del Consejo de la Juventud. En el articulado redactado por el PP destacan los aspectos relativos al control presupuestario. Esta iniciativa parlamentaria, caso de ser aprobada, impediría a los futuros gestores del Consejo de la Juventud contraer deudas cuyo plazo de vencimiento supere el del final de cada ejercicio. Tampoco podrían destinar más del 25% de los ingresos a gastos de personal o administración.
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