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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Pulso serbio

HOY SE debe reunir, en principio, en Ginebra el grupo de contacto formado por EE UU, Rusia, Francia, Alemania y el Reino Unido para el conflicto de Bosnia. En principio, porque ha habido un intento ruso de aplazar la reunión ante la división surgida en su seno por la respuesta negativa de los serbios bosnios al último plan de paz. La propuesta del grupo era, de hecho, un ultimátum: presentaba a las partes un proyecto de reparto de Bosnia (49% para los serbios, 51 % para la federación croato-musulmana) con la amenaza de aplicar sanciones (incluso militares) a, la parte que lo rechazara. Hoy, la situación es la siguiente: croatas y musulmanes han aprobado el plan, los serbios lo han rechazado. Es más: hace dos días, el llamado "Parlamento serbio" de Pale ha reiterado su rechazo, añadiendo que podría organizar un referéndum para dar mayor peso a su actitud de rebeldía ante las Naciones Unidas.Pero la negativa formal de los serbios de Pale no es más que una cara de la situación. En los últimos días se han multiplicado las provocaciones y acciones militares de los serbíos contra los cascos azules de la ONU, y Sarajevo ha vuelto a un estado de cerco como el que precedió al armisticio de febrero.

¿Qué puede hacer el grupo de contacto? Lo lógico sería aplicar a Serbia las sanciones previstas en la propuesta inicial. No hacerlo seria gravísimo: tirar por la borda su credibilidad, dejar a la comunidad internacional en ridículo y privarla de la posibilidad de trabajar en serio por soluciones con un mínimo de coherencia. El grupo de contacto amenaza con romperse. Rusia no se separa de los serbios y pide que se siga discutiendo. El ministro de defensa ruso, Grachov, ha visitado Pale buscando concesiones que ayuden a la línea rusa de prolongar las conversaciones. No parece que haya logrado nada.

Tampoco a Milosevic; parecen escucharle los serbios bosnios: si la estrategia de ambos es idéntica (Imponer la Gran Serbia), el primero. prefiere una táctica lenta, con un periodo, de estabilidad que le permita obtener de Occidente el levantamiento de unas sanciones que le hacen mucho daño. Parece dominar 14 línea de Karadzic y, sobré todo, de su. jefe militar MIadic: resistir y ceder lo menos posible lo más tarde posible.

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En esta situación poco puede dar de si el grupo de contacto. Si EE UU actúa de acuerdo con lo dicho por sus principales dirigentes, la ruptura del grupo de contacto sería inevitable y Washington podría entrar en una vía de acciones enérgicas que respondan a las provocaciones serbias. Quizá. se replantee una amenaza inminente de acciones aéreas como la que hace unos meses obligó a los serbios a retroceder ante Sarajevo y a interrumpir los bombardeos que estaban realizando contra esta ciudad. Pero en el momento actual hay presiones muy fuertes sobre los. Gobiernos europeos para que se vuelva al tren de las negociaciones, que no cambian nada sobre el terreno y que permiten a los serbios seguir con todo el territorio conquistado por el terror y la limpieza étnica.

Serían particularmente peligrosas nuevas señales de debilidad por parte de Occidente. El nacionalismo serbio tiene metas que van más allá del escenario bosnio. Si saliera de Ginebra con nuevos estímulos, aunque sean indirectos, aumentará considerablemente los peligros de extensión de la guerra en los Balcanes. Lamentablemente, es posible que, incluso aunque los rusos aseguren que han logrado convencer a Pale, estemos tan sólo en los prolegómenos de más guerra.

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