Veintiún objetores sustituyen a estudiantes de turismo en la información a los foranéos

El quitasol amarillo les ampara de cacas de paloma y rayos de sol justicieros. Pero no puede impedir que los 21 objetores que cumplen la prestación social sustitutoria como informadores de turismo en cuatro puntos de la capital soporten los sermones di testigos de Jehová o charlas de filósofos callejeros sobre el hombre y la muerte. Sustituyen a los alumnos de la Escuela de Turismo, cobran 1.500 pesetas al mes y despotrican contra el sistema de objeción de conciencia. Otros 160 compañeros desempeñan diversas labores en el Ayuntamiento dé Madrid.

El grupo municipal de IU denunció hace unas semanas que el Ayuntamiento ocupa plazas que deberían estar remuneradas con objetores de conciencia. El equipo de Gobierno del PP lo niega tajantemente. El responsable de los programas municipales para los objetores, Santiago Cabanas, arguye. que "es difícil interpretar hasta qué punto el trabajo de un objetor lo puede hacer un funcionario". "En Barcelona lo tienen más fácil porque existe un consejo donde están representadas todas las instituciones, sindicatos y cámaras de comercio, en el que se dirime qué puestos pueden cubrir los objetores"."Este trabajo lo podrían realizar personas contratadas", dice German Pérez, un parado de 24 años que reparte planos de Madrid en la Puerta del Sol. "No me gusta quitarle un puesto de. trabajo a nadie", añade. Sus compañeros Celestino Girón, de 27, y Francisco Millás, de , 26, están de acuerdo. Además, les fastidia que les obliguen a trabajar en vez de hacer el servicio militar. "Todos nos planteamos la insumisión, y nos debatimos entre nuestras ideas y lo que es más práctico", opina Germán.Licenciados y estudiantes

Como el 80% de los objetores que trabajan para el Ayuntamiento es licenciado o estudiante universitario. "Creo que la mayoría somos gente universitaria, con más acceso a información sobre la objeción de conciencia", prosigue; "si hubiese más publicidad de lo que es la objeción seríamos muchos mas

El resto de los que han fichado con el Ayuntamiento para su particular mili se ocupan del cuidado de parques (15), diversas labores de servicios sociales (3 l), asesoramiento en bibliotecas (19) o servicios de educación (20). El objetor elige el Ayuntamiento para cumplir la prestación sustitutoria y allí le informan de las plazas disponibles en función del horario que elijan (cuatro horas diarias), sus estudios y el conocimiento de algún idioma, como es el caso de los informadores de turismo.

Los que han elegido ese destino reciben un cursillo de un mes en el Instituto Municipal de Empleo y Formación Empresarial, donde les enseñan los monumentos de Madrid. Luego se turnan para cubrir por parejas los cuatro puntos de información que desde hace nueve años instala el Ayuntamiento en verano en la plaza de la Villa (sólo por las mañanas), el Museo del Prado, el palacio Real y la Puerta del Sol.

Este último es el lugar, dicen los objetores, más apetecible, por entretenido. Hasta el año pasado las sillas amarillas bajo las sombrillas acogían a estudiantes de Turismo en prácticas subvencionados por el Fondo Social Europeo.

Pero en 1993 se acabó el dinero comunitario para este programa y el Ayuntamiento acordó con el Instituto Nacional de Empleo dar esos puestos a parados, quienes continuaban cobrando el seguro de desempleo. La directora del Patronato Municipal de Turismo, Covadonga Quijano, explica que ese convenio dio malos resultados. "La gente está muy a gusto cobrando sin trabajar", dice.

Este año está encantada con 'los objetores porque están muy preparados. El año pasado 40.000 turistas se dirigieron a los chicos de amarillo para preguntar dónde está la "marcha de Madrid", la sinagoga, determinada tienda de trajes de torero o el horario de la catedral. La mayoría de esos foráneos son españoles de otras provincias,, seguidos de americanos del Sur y el Norte. "En los últimos dos años han aumentado mucho los turistas de los países del este de Europa que no hablan ningún idioma occidental", explica Quijano.

Esta temporada se ampliará el servicio de información hasta octubre para atender a las 14.000 personas que participarán en el Congreso del Fondo Monetario Internacional. Celestino asistirá en su doble condición de economista del Banco de España y eventual cicerone por imperativo legal. "Los que me vean primero de corbata y traje y luego con la camisa amarilla van a alucinar".