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La caída de un gran diario

Desde que la Conferencia Episcopal abandonara el capital de Edica, en 1989, vendiendo su participación al grupo Correo, el Ya ha sufrido un rápido deterioro. Tras una regulación de plantilla, el grupo vasco vendió la antigua sede de Madrid y abordó nuevas inversiones. Pero en 1991 perdió interés por el Ya y se produjeron ampliaciones de capital que fueron suscritas por Antena 3 Televisión.

Esta última vendió el 100% de las acciones al grupo mexicano Editoriales del Sur, SA, a finales de 1992. Seis meses después, Edica solicitó suspensión de pagos por un pasivo de 4.700 millones de pesetas. Después apareció un nuevo dueño, Miguel Ángel Gnecco, que convocó junta de accionistas para tratar de levantar la suspensión de pagos. Sin embargo, los trabajadores desconfiaron de sus propósitos y lograron la anulación judicial de la junta.

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Periodismo de trinchera

Desde el 1 de julio, en que Aurello Delgado -cuñado del ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez- manifestó el interés de varios inversores por comprar el Ya, el comité de empresa mantiene contactos con abogados próximos a Antena 3 Televisión. El consejero de Economía de la Comunidad de Madrid, José Luis Fernández Noriega, media en el intento de buscar una solución, que en todo caso exigiría más despidos.

Los rumores de cierre e incluso de eventuales salidas al conflicto se viven con especial inquietud en las secciones de talleres. Jaime Cabezas, de 54 años, que entró hace 32 como linotipista, recuerda: "Conocí este periódico con 1.300 trabajadores. He sobrevivido a dos grandes reconversiones, pero la que viene... me manda al paro".

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