'Dies irae'
Zapeando frente a mi televisor y con el ventilador moviéndome las faldas, recorrí la programación mientras esperaba la hora en que Canal +. iba a recompensar mis calores con la presencia de Liam Neeson / Oscar Schindler y su sensible belleza masculina en Big man. De súbito, y sin mediar oración ni promesa piadosa alguna por mi parte, unas imágenes me desconcertaron. Manda huevos a Sandra, que se va de la ciudad, me dije: Ted Turner ha tenido la osadía de colorear también -El séptimo sello. Lo cual no sería nada extraño teniendo en cuenta que ha pintado hasta la gabardina de Humphrey Bogart.Pero los sobrecogedores fotogramas de otro tiempo que mostraban a sudorosos individuos vestidos con hábitos escarlatas que acarreaban tremendo incensario, la pátina de humo que velaba una galería de rostros apocalípticos, y el mismo tipo que, desde un púlpito y ante la recogida aquiescencia de los fieles, se desgañitaba contra la lacra de nuestro tiempo -no Ruanda: el aborto- no pertenecían a la ficción. Era el telediario.
Ya es duro tener que ofrecerle anualmente España a Santiago Matamoros, que luego hace con ella lo que hace. Que los custodios de la sacra mojama truenen, encima, para que las poquitas cosas que se han ido consiguiendo a pesar suyo sean arrumbadas, resulta lamentable. Y que el telediario público de un país constitucionalmente no confesional lo dé con todos los honores ya me parece espeluznante. En esta línea de programación, echo en falta autos de fe, lapidaciones y expulsiones de los moros en directo.
Otra imagen real el cadáver de una mujer crujiendo al ser arrojado a una de las fosas comunes de la frontera de Ruanda con Zaire- reforzó mi sensación de estar viendo el informativo de la noche en plena Edad Media.