España es blanda con los corruptores, dice el director adjunto de EL PAÍS
"La sociedad española castiga a los corruptos, pero es benevolente con los inductores a la corrupción", según manifestó el sábado en Bubión (Granada) el director adjunto de EL PAÍS, Javier Valenzuela, quien argumentó que esa actitud obedece a una tradición "pícaro-católica de siglos".
Valenzuela, que hizo un análisis sobre la situación política actual y la figura de Felipe González en su conferencia Jardinero o César, resaltó que para la sociedad española "los malos son los que se han dejado corromper". "Sin embargo, en los medios de comunicación no se pone el acento sobre quiénes pagaban las comisiones", dijo.
"Eso se debe", indicó el director adjunto, "a que en nuestra tradición pícaro-católica de siglos el inductor a la corrupción está perdonado de antemano". "Los casos Roldán y Rubio nos entroncan con esa tradición picaresca, en la que también está el impago del IVA, se intenta por lo general defraudar en la declaración de Hacienda y no se pagan las multas de tráfico por sistema".
Ostentación
El director adjunto de EL PAÍS explicó que durante los años ochenta, "durante la época del dinero fácil", se han producido muchos casos de corrupción en los países occidentales y que en España eso se entroncó con un momento en que la sociedad se inclinaba por la ostentación, la especulación y la apariencia en detrimento de la creación de un tejido productivo. "Esperemos que la próxima oleada de auge económico sea menos especulativa y menos ostentosa".Para Valenzuela, tras la crisis por los casos de corrupción y los resultados electorales del pasado 12 de junio, Felipe González debería someterse a una moción de confianza ante el Parlamento, moción que debería ir acompañada por una profunda remodelación del Gobierno".
Los resultados electorales revelan, a juicio de Valenzuela, que el Partido Popular ha obtenido mayoría en las ciudades, las clases medias, los sectores profesionales y la juventud, "los mismos que llevaron al PSOE al Gobierno en 1982".
"Estamos en un proceso de transición política, de alternancia", apuntó, "que es absolutamente normal en un país democrático y que no tiene nada que ver con el proceso de transición democrática de los años setenta que nos llevó de un régimen a otro".
Javier Valenzuela se refirió también en su conferencia al papel de los medios de comunicación frente a los casos de corrupción y expresó su oposición a que EL PAÍS se convierta "en un periódico-buzón de denuncias y escándalos" sin contrastar ni confirmar la veracidad de las noticias. Consideró que otros medios sí lo hacen. "A veces sus informaciones van a misa y otras no. En EL PAÍS preferimos ir lentos y confirmando cada noticia", aseguró.
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