El PC cubano destituye en menos de dos semanas a siete dirigentes provinciales

El Buró Político del Partido Comunista Cubano (PCC) decidió el pasado fin de semana destituir al primer secretario del PCC en La Habana, Jorge Lezcano. Con esta decisión, ya son siete los dirigentes provinciales comunistas sustituidos en menos de dos semanas. Las autoridades cubanas destituyeron también al alcalde de La Habana, Pedro Chávez, profundizando así en uno de los procesos de reestructuración y renovación de dirigentes del partido y de los cargos del Estado más importante de los últimos años.

Fuentes oficiales cubanas indicaron que los cambios de Lezcano y Chávez, quienes llevaban en sus cargos nueve y ocho años, respectivamente, no eran algo "anormal" ni un "castigo", si bien algunos funcionarios cubanos vincularon las sustituciones con las dificultades y problemas que sufre la capital cubana y con el "agotamiento" de los viejos dirigentes para resolver la situación.Esteban Lazo, quien recientemente había sido "liberado" de su cargo de primer secretario del PCC en la provincia oriental de Santiago de Cuba fue designado para sustituir a Lezcano, mientras que la Asamblea del Poder Popular de la capital cubana nombró provisionalmente a Rogelio Milián Suárez en lugar de Chávez. En los dos casos, las autoridades cubanas reconocieron "el esfuerzo y dedicación" de los dos dirigentes durante los años que estuvieron al frente de sus responsabilidades políticas y de gestión.

Cambios "normales"

Días antes, se habían dado a conocer los cambios de los primeros secretarios del Partido Comunista en la provincia occidental de Pinar del Río, Villa Clara y Sancti Espíritus (centro) y en las orientales de Holguín, Guantánamo y Santiago de Cuba.El canciller Roberto Robaina dijo la semana pasada que estos movimientos de dirigentes eran "normales y naturales", y afirmó que "todos llevaban mucho tiempo y cumplieron una etapa con diferentes resultados". "La vida en provincias es muy tensa, y tendrá que haber siempre cambios", consideró Robaina.

En todos los casos, los nuevos dirigentes tienen menos edad que sus antecesores y muchos de ellos formaban parte de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), que hasta hace unos años presidió el propio Robaina antes de pasar a ocuparse de las relaciones exteriores.