La nueva ley de agencias de viajes intenta evitar fraudes y abusos contra el consumidor en el sector turismo

A los 2.266 operadores turísticos y agencias de viajes que trabajan en el mercado del turismo español se les atará corto. Cuando entre en vigor la Ley Reguladora de Viajes Combinados que ha redactado Comercio y Turismo serán los responsables directos ante el cliente o consumidor de cualquier trastorno que ocurra en sus viajes. "Debemos cortar los fraudes de todos los veranos", dicen en Turismo. Aunque a continuación añaden que no es alto el número de las agencias que cometen fraude.

Al trasponer la directiva europea sobre este sector, el Ministerio de Comercio y Turismo ha optado por apretar las clavijas al máximo, lo que ha motivado la protesta de los empresarios al propio ministro, Gómez Navarro, que conoce por experiencia propia los recovecos del sector (estuvo al frente de Viajes Marsans).

Proteger al consumidor y evitar los fraudes y abusos de algunas agencias son los puntos centrales de un texto que Turismo quiere sacar adelante sin grandes cambios. Sin embargo, Gómez Navarro se mostró, receptivo a las peticiones de los empresarios del sector en una reunión celebrada recientemente.

Eventual incumplimiento

Félix Arévalo, director de la Asociación Empresarial de Agencias de Viajes Españolas (AEDAVE), afirma que "en definitiva el texto pretende que la agencia responda directamente ante el consumidor y si la causa eventual del incumplimiento de los contratos se encuentra en un prestador de servicios, llámese compañía aérea u otro medio de transporte de cualquier país, hotel, etcétera. A la agencia sólo le queda el derecho de actuar contra el prestador de servicios".Arévalo considera que las agencias deben ser responsables, pero dentro de un orden porque "debe pensarse antes de legislar la enorme complejidad del tráfico turístico internacional y en las consecuencias de responsabilizar a las agencias de las deficencias de terceros situados en los lugares más recónditos del mundo".

Estamos ante un sector caracterizado por el minifundismo. El 87,6% de las empresas trabaja el mercado minorista, mientras que el resto combina la actividad mayorista y la minorista. El proceso de concentración del sector que viene motivado por el alto grado de competencia y la reducción de los márgenes con los que se trabaja. Actualmente, la participación del capital extranjero se sitúa entre el 7% y el 10%.

El sector da empleo a unos 30.000 trabajadores, de los que la mitad trabajan en los mayoristas y la otra mitad en los minoristas. La media de trabajadores en las agencias minoristas es de 7 personas y de 45 en las agencias mayoristas.

La facturación del pasado ejercicio fue de 1,1 billones de pesetas, que provino en un 56% de los viajes individuales y en un 40% de los organizados, que sufren un aplazo en el pago de hasta 120 días. La facturación es muy alta muy alta, pero trabaja con poco margen, solamente entre el 1% y el 2%. El coste del personal puede considerarse alto y supera el 10% de la facturación. Otra de las rémoras del sector de agencias de viajes es el coste elevado de los inmuebles.

Distribución geográfica

Además de las casas centrales, existen 2.527 sucursales. El número de sucursales y su distribución geográfica está en relación directa con la dimensión de los operadores. Así, mientras las grandes compañías operan a nivel nacional, el ámbito de actuación de las pequeñas empresas se reduce al lugar donde están ubicadas. Por lo que respecta a la distribución geográfica de las empresas del sector, evidencia una elevada concentración en Madrid, que se sitúa delante de un grupo de provincias tradicionalmente turísticas, como Barcelona, Baleares, Málaga o Gran Canaria.