Berasategui, finalista del torneo de Stuttgart

Alberto Berasategui ratificó ayer su trayectoria ascendente al clasificarse para la final del torneo de tenis de Stuttgart. El jugador español se impuso por 5-7, 6-3, 6-0 al alemán Bernd Karbacher en un partido en el que jugó con mucha inteligencia y fue desgastando las fuerzas de un rival que puso más músculo que estrategia. Berasategui, cuarto cabeza de serie, jugará la final contra el italiano Andrea Gaudenzi, 29º mundial, que ayer ganó al ruso Andréi Chesnokov por 6-4, 6-7 (5-7) y 6-3 y que previamente había eliminado al alemán Michael Stich.Berasategui, de 20 años y 14º mundial -empezó la temporada 91º en la clasificación de la ATP-, disputará su octava final en el circuito profesional -la cuarta este año, en que ganó en Niza- y de esta forma confirma su trayectoria ascendente y puesta de relieve con el subcampeonato de Roland Garros. Ayer no empezó bien ante Karbacher. Tuvo una explicación para ello: "Sabía que era muy difícil porque Karbacher pega muy fuerte. Intenté cansarle poco a poco porque sé que mentalmente va de más a menos. En la segunda manga empecé con un break y ya dominé el partido". La estrategia se dibujó a la perfección sobre la pista, incluso por encima de las previsiones puesto que cuando logró un nuevo break en la tercera manga, el jugador alemán se descompuso e intentó solventar sus errores con golpes excesivamente arriesgados y potentes. El resultado es que Berasategui no tuvo rival en la manga definitiva. El alto y huesudo Karbacher no pudo resistir ni las bolas a la línea ni el rápido ritmo del vasco. Visiblemente cansado, el alemán, muy apoyado por los 5.000 espectadores, terminó multiplicando las dobles faltas y entregando el partido.

En la final, Berasategui se enfrentará a un rival que ha ganado crédito, muy especialmente tras su victoria sobre Stich. "Está jugando muy bien", admitió ayer Berasategui, "pero espero poder hacer un buen partido y confío en mis posibilidades".

Con su victoria sobre Chesnokov, Gaudenzi, de 20 años, ganó por primera vez en su carrera el derecho a disputar una final de un torneo del circuito profesional. "Es un sueño, no me lo creo", declaró Gaudenzi, una de las grandes promesas del tenis mundial y ganador de los torneos júnior de Roland Garros y del Open de Estados Unidos en 1991.