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Internet avanza poco en España

En los Estados Unidos es frecuente que un recién graduado, al incorporarse a una empresa, demande como instrumento de trabajo la red de correo electrónico de Internet. En España, por el contrario, no sólo la demanda es muy pequeña, sino que las empresas han de hacer esfuerzos especiales para que los empleados se sirvan de ella y se consiga, así, un ahorro de gastos.La informática permite ya a cualquier usuario de un ordenador doméstico comunicarse con 20 millones de amigos. Un pequeño módem y una cuota de enganche de 10.000 pesetas abren en España las puertas de Internet, por ahora la autopista de información más amplia del mundo. Con el clásico ordenador personal, al que se acopla un módem -pequeño aparato valorado aproximadamente en 15.000 pesetas-, se puede conectar, a través de la red telefónica, con otros ordenadores y diferentes centros servidores de información de todo el mundo.

A partir de ese momento, los intereses y necesidades de los usuarios marcan las preferencias entre las múltiples redes de comunicación que tejen el panorama informático internacional.

Internet ofrece más de 6.000 servicios diferentes y cuenta con un número creciente de abonados: alrededor de 20 millones de personas, en 120 países. Las principales utilidades de la red son tres: fuente de documentación y divulgación científica, instrumento de ocio y soporte básico de un servicio de mensajería electrónica internacional (EMail, en el argot de usuarios).

En España, a pesar de la lentitud de penetración, más de veinte universidades y diversos organismos públicos están conectados a Internet a través de 10.000 ordenadores. Sin embargo, el grueso de la explotación de la red -más del 50%- es empresarial.

Unas quinientas empresas, especialmente atraídas por el bajo coste del servicio de mensajería electrónica, han optado por el correo de Internet como soporte básico de coordinación interna y como instrumento de intercambio de ofertas y pedidos. Los envíos entre usuarios tienen un coste inferior al de una llamada telefónica, puesto que se realiza a través del nodo servidor, y el importe de esta conexión es el de una llamada local. Así, por ejemplo, el envío de una carta de dos folios de Madrid a Boston apenas si alcanzaría las 50 pesetas y tardaría en llegar menos de un minuto.

Pero el ritmo de abonos a Internet es escaso: una media de quince empresas al mes, durante este año.

Para un particular, engancharse a la red cuesta 10.000 pesetas más una cuota mensual de 2.000, que cubre una hora de conexión. El tiempo excedido se abona directamente en la factura de Telefónica, a un coste de unas 60 pesetas al minuto. Para una empresa media de unos 40 empleados, el enganche supone un desembolso de 35.000 pesetas iniciales, una cuota fija mensual de 10.000 pesetas más el gasto por horas de conexión a la red (una media aproximada de 130.000 pesetas cada mes).

El acceso a Internet no tiene por qué realizarse siempre a través de Eunet-Goya Servicios Telemáticos, la empresa proveedora de los servicios de Internet en España. Los usuarios pueden conectarse directamente a la central de Internet, ubicada en Washington, sin gastos de enganche ni mensualidades, pero el coste de cada conexión asciende al de una llamada internacional con la ciudad americana. Otras empresas dedicadas a ofrecer información a través del ordenador y pertenecientes al sector público (como Ibertex, la aplicación española del sistema Videotex) o privadas (como Servicom) incluyen entre sus ser vicios la conexión a Internet. En estos casos, el coste del servicio depende de las normas de cada empresa.

Es cierto que el mayor riesgo de Internet es perderse entre los 6.000 servicios que ofrece. En la actualidad, un usuario tardaría más de un mes en concluir un recorrido por el índice completo de todo lo que se almacena en esta red.

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